Este telescopio, programado para lanzarse en 2027, observará regiones de la Vía Láctea hasta ahora ocultas por densas nubes de polvo. El estudio promete revelar más de 100 mil millones de objetos cósmicos, abriendo ventanas inéditas sobre la formación de estrellas, la evolución estelar y los misterios del corazón galáctico.
La capacidad única del telescopio Roman para ver a través del polvo y capturar imágenes en alta definición sobre vastas extensiones del cielo hace de esta herramienta algo invaluable para la astronomía y la astrofísica. Proporcionará datos cruciales para entender la estructura compleja de nuestra galaxia, desde su bulbo central hasta los distantes brazos espirales.
La misión también realizará una cartografía en 3D mucho más precisa que cualquier cosa lograda hasta la fecha, extendiendo potencialmente nuestro conocimiento del Universo cercano hasta 100,000 años luz. Nancy Grace Roman se perfila como una "herramienta de sondeo" sin igual, capaz de llevar a cabo observaciones que habrían tomado décadas con los telescopios actuales.
El telescopio espacial Nancy Grace Roman - Imagen NASA
Estos avances prometen no solo completar nuestra comprensión de la Vía Láctea, sino también plantear nuevas preguntas sobre la formación y evolución de las galaxias.