Las muertes por cáncer relacionadas con la obesidad se han triplicado en Estados Unidos en veinte años. Este alarmante incremento afecta especialmente a las mujeres y a las comunidades rurales.
Un estudio reciente presentado en la conferencia ENDO 2025 revela un aumento significativo de las muertes por cáncer asociadas a la obesidad. Los investigadores analizaron más de 33.000 casos, destacando una tendencia preocupante que afecta más a ciertos grupos poblacionales. Las mujeres, las personas mayores, así como las comunidades negras e indígenas son las más afectadas.
Las muertes por cáncer vinculadas a la obesidad se han disparado, especialmente en grupos vulnerables como las mujeres y las comunidades rurales. Crédito: Shutterstock
Los datos muestran que 13 tipos de cáncer están ahora asociados al exceso de peso, representando el 40% de los diagnósticos anuales en Estados Unidos. Entre ellos se encuentran el cáncer de mama, de colon y de páncreas. Esta situación pone de manifiesto una emergencia de salud pública que podría evitarse con medidas preventivas y un mejor acceso a la atención médica.
Los investigadores destacan la importancia de estrategias de salud pública dirigidas, como el diagnóstico temprano, especialmente en zonas rurales y comunidades con menos recursos. La obesidad, que afecta a aproximadamente el 40% de los adultos estadounidenses, es un factor de riesgo importante para varias enfermedades crónicas además del cáncer.
El análisis de los datos de mortalidad revela disparidades regionales marcadas, con las tasas más altas en el Medio Oeste y las más bajas en el Noreste. Estados como Vermont, Minnesota y Oklahoma registran las tasas más elevadas, mientras que Utah, Alabama y Virginia tienen las más bajas.
¿Por qué la obesidad aumenta el riesgo de cáncer?
La obesidad crea un entorno inflamatorio crónico en el cuerpo, favoreciendo el desarrollo de células cancerosas. Los tejidos adiposos en exceso producen hormonas y factores de crecimiento que pueden estimular la proliferación celular.
Además, la obesidad suele estar asociada a niveles elevados de insulina, lo que puede favorecer el crecimiento de tumores. Las células grasas también pueden interferir con los mecanismos de reparación del ADN, aumentando el riesgo de mutaciones cancerígenas.
Por último, la obesidad puede afectar a la eficacia de los tratamientos contra el cáncer, haciendo que las terapias sean menos efectivas. Esto subraya la importancia de la prevención y el control del peso en la lucha contra el cáncer.
¿Cómo influyen las desigualdades sociales en las tasas de cáncer relacionadas con la obesidad?
Las comunidades con bajos ingresos y las minorías étnicas suelen tener un acceso limitado a alimentos saludables y espacios para la actividad física. Estos factores contribuyen a tasas más altas de obesidad y, en consecuencia, de cáncer.
Además, estas poblaciones pueden enfrentar barreras para acceder a la atención médica, retrasando el diagnóstico y el tratamiento del cáncer. Las disparidades en educación e información sobre salud también juegan un papel importante en la prevención y gestión de la obesidad.