El oxígeno disuelto en las masas de agua, esencial para la vida acuática, está disminuyendo rápidamente, amenazando los ecosistemas marinos y terrestres.
Un estudio internacional, publicado en Nature Ecology & Evolution, destaca esta inquietante pérdida de oxígeno en lagos, ríos y océanos, e insta a considerar este fenómeno como un nuevo límite planetario que no debe ser traspasado.
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La desoxigenación acuática, el proceso por el cual los niveles de oxígeno disuelto disminuyen, tiene consecuencias importantes para la estabilidad de la biosfera. Los investigadores destacan que este fenómeno está intrínsecamente ligado al cambio climático y a los cambios en el uso del suelo. El calentamiento del agua reduce la solubilidad del oxígeno y aumenta la estratificación de las capas de agua, limitando así los intercambios entre las capas profundas, pobres en oxígeno, y las superficies más ricas. Paralelamente, los aportes de nutrientes provenientes de las tierras favorecen la proliferación de algas, aumentando el consumo de oxígeno por los microorganismos en el fondo de los cuerpos de agua.
Los datos son preocupantes: desde 1960, los océanos han perdido alrededor del 2 % de su oxígeno, mientras que los lagos y embalses han registrado descensos del 5,5 % y 18,6 % respectivamente desde 1980. Estas cifras revelan un fenómeno global, con impactos locales a veces dramáticos, como frente a la costa central de California, donde el oxígeno de las aguas intermedias ha caído un 40 % en pocas décadas.
La reducción del oxígeno amenaza no solo la biodiversidad, sino también las actividades humanas que dependen de ella, tales como la pesca, la acuicultura y el turismo. Los procesos microbiológicos en las zonas pobres en oxígeno también producen gases de efecto invernadero como el metano, agravando aún más el cambio climático y reforzando este círculo vicioso.
El equipo de investigación, liderado por Kevin Rose del Instituto Politécnico Rensselaer, insiste en la necesidad de integrar la desoxigenación acuática dentro del marco de los límites planetarios. Los límites planetarios son umbrales ecológicos que no deben ser superados para mantener condiciones favorables para la vida humana en la Tierra. Este concepto existe desde 2009 y se actualiza regularmente. Identifica nueve procesos esenciales para la estabilidad de la biosfera, de los cuales seis ya han sido superados.
En el caso presente, este reconocimiento permitiría reforzar la vigilancia mundial y orientar los esfuerzos de investigación y las políticas públicas hacia soluciones destinadas a ralentizar, e incluso revertir esta tendencia. Sin una acción decisiva, la pérdida de oxígeno podría alcanzar umbrales críticos, comprometiendo no solo los ecosistemas acuáticos, sino también la actividad económica mundial y la estabilidad de la biosfera.