😴 ¿Por qué dormimos?

Publicado por Adrien,
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Cada noche, cerramos los ojos y nos sumergimos en otro universo con el sueño. Sin embargo, durante mucho tiempo, los científicos se preguntaron para qué servía realmente. Después de todo, dormir nos hace vulnerables, nos impide buscar alimento o protegernos... Entonces, ¿por qué la naturaleza ha conservado este hábito en casi todos los animales, desde el ratón hasta el elefante?

El sueño no es una simple pausa, es una actividad esencial para el cuerpo y el cerebro. Durante la noche, nuestro organismo aprovecha este tiempo para reparar sus células, reponer sus reservas de energía y fortalecer el sistema inmunológico. Es como si nuestro cuerpo pasara por el taller de mantenimiento para poner todas las piezas a punto.


Pero es en nuestro cerebro donde el sueño juega un papel aún más importante. Mientras dormimos, los recuerdos del día se clasifican, organizan y almacenan en nuestra memoria a largo plazo. Algunas conexiones neuronales se fortalecen, otras se debilitan. Este proceso nos ayuda a aprender, resolver problemas y ser más creativos.

El sueño se compone de ciclos que alternan entre diferentes fases. El sueño profundo de ondas lentas, donde el cuerpo se regenera, y el sueño REM (movimiento ocular rápido), donde la actividad cerebral se asemeja casi a la del estado de vigilia y ocurren nuestros sueños más vívidos. Cada ciclo dura aproximadamente 90 minutos y se repite varias veces durante la noche.

No dormir lo suficiente tiene efectos rápidos: disminución de la concentración, alteraciones del estado de ánimo, debilitamiento del sistema inmunológico. A largo plazo, la falta crónica de sueño aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e incluso trastornos mentales. Por eso los científicos generalmente recomiendan de 7 a 9 horas de sueño por noche para un adulto, y mucho más para niños y adolescentes.


Las causas de nuestra necesidad de sueño también están relacionadas con nuestra evolución. Los ritmos biológicos, sincronizados con el ciclo día-noche, influyen en nuestra temperatura corporal, hormonas y estado de alerta. El sueño permite ahorrar energía en momentos en que es menos eficiente buscar alimento o actuar: por la noche, para especies diurnas como nosotros.

En realidad, dormir es tan vital como comer o respirar. Es un momento en que el cuerpo y la mente trabajan juntos entre bastidores para que estemos en plena forma al despertar.
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