China ha revelado recientemente un avance tecnológica que podría transformar las estrategias de defensa espacial.
Según un estudio realizado por el Ejército Popular de Liberación (EPL), el país sería capaz de neutralizar satélites, como los de la red Starlink, utilizando submarinos equipados con láseres de alta potencia. Esta innovación podría ofrecer a China una forma de defender sus intereses sin exponer sus fuerzas armadas a represalias directas.
El estudio describe un submarino con un láser capaz de permanecer sumergido mientras despliega un mástil optoelectrónico para apuntar a los satélites.
Esta arma permitiría atacar con total discreción, evitando los riesgos asociados con los misiles tierra-aire, que a menudo son detectables por las estelas de humo que producen. Wang Dan, profesor en la Academia Naval de Submarinos, afirma que esta tecnología podría desplegarse masivamente para contrarrestar las amenazas a China, especialmente en respuesta a redes satelitales densas y resilientes como Starlink.
Uno de los principales desafíos en misiones antisatélite es la discreción. Los ataques con misiles, aunque comunes, dejan rastros visibles, revelando la posición del atacante y haciéndolo vulnerable. Los láseres, por el contrario, ofrecen una solución más furtiva. Según el equipo de Wang Dan, los satélites Starlink, debido a su número y redundancia, hacen que los métodos tradicionales de destrucción sean ineficaces. Incluso si varios satélites son destruidos, otros toman rápidamente su lugar, lo que complica la labor de los atacantes.
El documento publicado por el equipo de Wang Dan detalla el proceso de ataque: uno o varios submarinos son desplegados en una zona marítima específica, donde esperan a que los satélites pasen a su alcance. El láser se activa en el momento óptimo para maximizar las posibilidades de éxito. Este desarrollo destaca la rápida evolución de las capacidades militares submarinas, que podrían desempeñar un papel central en las futuras estrategias de guerra espacial.
Esta nueva capacidad de China podría tener importantes implicaciones para la seguridad internacional, especialmente en lo que respecta al equilibrio de poder en el espacio. Dado que los satélites de comunicación y reconocimiento son cada vez más esenciales para las operaciones militares, la capacidad de neutralizarlos sin ser detectado podría alterar significativamente las dinámicas de conflicto.