Por Deryn Lee Thompson - Enfermera de eczema y alergias; Docente, Universidad del Sur de Australia
Los ácaros que viven en el polvo de las casas a veces provocan alergias que pueden deteriorar significativamente la calidad de vida. Para eliminarlos, algunos métodos son más efectivos que otros.
Cuando se piensa en "alergias", a menudo se asocia con
“polvo de casa”, pero en realidad, las personas alérgicas suelen serlo
a los ácaros que proliferan en él y no al polvo propiamente dicho.
Pertenecientes a la familia de los arácnidos, como las garrapatas y las arañas, estos diminutos animales miden entre 0,2 y 0,3 mm: ¡se podrían colocar cincuenta de ellos en la cabeza de un alfiler! Ellos
viven entre 65 y 100 días, y las hembras ponen entre 60 y 100 huevos a lo largo de su vida.
Los ácaros del polvo doméstico prefieren climas templados y húmedos. Se alimentan de células muertas de piel que desprendemos, así como de moho, que digieren gracias a unas enzimas. Estas enzimas son excretadas en sus heces aproximadamente
20 veces al día. Durante su vida, también desprenden fragmentos de su exoesqueleto. Estos fragmentos proteicos pueden desencadenar alergias en personas que padecen rinitis alérgica (también conocida como fiebre del heno): son alérgenos.
¿Cuáles son los síntomas?
Cuando las personas alérgicas a los ácaros del polvo inhalan los alérgenos que estos liberan, estos penetran en las mucosas de las vías respiratorias y los ojos. Su cuerpo los reconoce y los percibe como una amenaza, liberando diversas sustancias químicas, incluyendo una molécula llamada histamina.
Esto provoca síntomas como picazón en los ojos y la garganta, estornudos, tos, secreción nasal (nariz que gotea) y posnasal (sensación de mucosidad en el fondo de la garganta).
Las personas que padecen esta alergia generalmente respiran por la boca, roncan, se frotan constantemente la nariz (lo que puede llevar a la creación
de un pliegue nasal transversal hipo o hiperpigmentado, debido al movimiento repetitivo de frotarse; un gesto a veces llamado "saludo alérgico").
También pueden experimentar fatiga y tener ojeras, ya que la alergia a los ácaros presentes en el polvo doméstico
puede deteriorar la calidad del sueño. Esta situación conduce a una disminución de las capacidades de concentración en el trabajo o la escuela y afecta su calidad de vida.
Además, en personas con eczema, los fragmentos proteicos liberados por los ácaros pueden atravesar la barrera cutánea dañada, lo que incita a las células inmunitarias de la piel a
liberar sustancias químicas que aumentan la irritación. Consecuencia: la piel se vuelve más roja y más dolorosa, especialmente en niños.
Los síntomas de la alergia a los ácaros suelen ser más intensos por la noche al acostarse y por la mañana al despertar. Persisten durante todo el año, pero en primavera, las personas alérgicas tanto a los ácaros como al polen pueden notar un empeoramiento.
¿Cómo se diagnostica este tipo de alergia?
Los síntomas de la alergia a los ácaros del polvo doméstico pueden durar meses, incluso años, antes de que los afectados consulten a un profesional. Sin embargo, obtener un diagnóstico es una condición sine qua non para acceder al tratamiento adecuado. Consultar también permite recibir información sobre cómo reducir la exposición a los alérgenos.
Para determinar si una persona es alérgica, los profesionales de la salud pueden prescribir un
análisis de sangre. También se pueden realizar pruebas cutáneas (también conocidas como prick tests) por parte de alergólogos. Estas pruebas consisten en
aplicar sobre la piel gotas de diversos alérgenos y sustancias “control” (controles positivos y negativos), y luego pinchar a través de cada gota para introducir un poco de líquido en la piel. Después de 15 minutos, se observa la reacción. Si la persona es alérgica, la piel se endurece y enrojece, y el paciente siente picazón, similar a la de una picadura de mosquito.
¿Cómo se trata la alergia a los ácaros?
Una vez establecido el diagnóstico, el profesional de salud elabora un
plan de manejo médico de la rinitis alérgica para reducir sus síntomas. Las
opciones de tratamiento generalmente incluyen uno o más de los siguientes elementos:
- antihistamínicos no sedativos (de uso diario);
- un spray nasal a base de corticosteroides (las personas a menudo usan mal estos sprays, es importante seguir bien las
instrucciones de uso);
- gotas oftálmicas antialérgicas.
Si el paciente también presenta
asma o eczema agravado por los ácaros, el manejo se ajustará para considerar
uno y
otro.
En caso de síntomas graves,
la inmunoterapia alogénica es una opción posible, aunque de largo plazo. Este enfoque busca desensibilizar gradualmente el sistema inmunitario para que no considere las proteínas de los ácaros del polvo como amenazas.
La inmunoterapia consiste en tomar un comprimido sublingual diariamente o recibir una serie de inyecciones. Las inyecciones requieren una visita mensual al alergólogo durante tres años, después de una fase inicial de una inyección semanal.
Estos tratamientos son
efectivos, pero caros (y demandan tiempo). Si considera recurrir a ellos, es importante sopesar los pros y los contras con el profesional de salud que lo atiende.
¿Cómo minimizar las consecuencias de la alergia a los ácaros en el día a día?
Para reducir la cantidad de alérgenos presentes en el entorno,
se pueden tomar diversas medidas. Aquí algunas recomendaciones.
Cada semana, la ropa de cama y los pijamas deben lavarse con agua caliente. Es importante elegir edredones, fundas, mantas y ropa de noche que soporten lavados a 60 °C, ya que a esta temperatura el lavado elimina no solo el polvo y los alérgenos que contiene, sino que también mata a los
ácaros y sus huevos.
Si esto no es posible, puede optar por fundas herméticas, que evitarán que los ácaros se instalen. Estas fundas deben limpiarse con un paño húmedo cada vez que se cambien las sábanas.
En cuanto al mobiliario, si puede, elija mejor persianas y suelos de madera en lugar de cortinas o alfombras. Evite también los revestimientos vegetales (sisal, yute, etc.) y los sofás de tela, tapices, peluches, entre otros, que pueden actuar como reservorios de polvo.
En lo que respecta a la limpieza, desempolve persianas y otras superficies con un paño húmedo cada semana. Cuando pase la aspiradora, si es alérgico, use una mascarilla, ya que los ácaros pueden dispersarse en el aire (lo ideal es que otra persona se encargue de pasar la aspiradora).
Cuidado con las falsas promesas de marketing
Cuando se compra un colchón nuevo, siempre está libre de ácaros. Estos lo colonizarán cuando se empiece a dormir en él. Para evitarlo, uno puede sentirse tentado a creer las promesas del marketing (respaldado por presupuestos significativos) y comprar productos costosos etiquetados como “hipoalergénicos”, “anti alergias” o “sin alérgenos”.
El problema es que el diámetro de los poros de estos productos a menudo no es suficientemente pequeño como para evitar el paso de los ácaros, sus excrementos o las células de piel de las que se alimentan. A la fecha en que se escribe este texto, el único tejido comercial con poros lo suficientemente pequeños para
cumplir con estas características es el tejido MicroTight™.
Por otro lado, los sprays diseñados para matar ácaros requieren tantas pulverizaciones para penetrar los tejidos que es probable que estos queden luego muy húmedos y con un olor pronunciado (además, si los tejidos tratados no se secan adecuadamente, existe el riesgo de que desarrollen moho).
Por último, señalamos que no está científicamente probado que ciertos costosos aspiradores sean capaces de eliminar todos los ácaros de las superficies aspiradas.