Entre las estructuras más sorprendentes observadas recientemente en el planeta rojo, una "telaraña" llama la atención. Captada por el rover Curiosity de la NASA, esta formación singular alimenta las preguntas sobre la historia de Marte.
El rover Curiosity de la NASA fotografía crestas bajas en Marte. Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS
Desde hace más de una década, Curiosity explora el cráter Gale, al pie del monte Sharp. Recientemente, sus cámaras capturaron en alta definición un conjunto de patrones en forma de rejilla: una red de crestas bajas que, vistas desde arriba, evocan una telaraña cuidadosamente tejida.
Estas formaciones podrían haberse creado por el flujo de agua subterránea hace varios millones de años. El agua habría filtrado las rocas, disuelto algunos minerales y dejado depósitos más resistentes, formando con el tiempo estas estructuras hoy visibles.
Este panorama de 360 grados, compuesto por 291 imágenes tomadas en mayo de 2025, muestra no solo los patrones en rejilla, sino también las huellas del rover y los relieves circundantes. Las imágenes fueron capturadas por la Mastcam, un sistema que permite un análisis detallado de las estructuras geológicas.
El estudio de estas formaciones ofrece pistas sobre la presencia antigua de agua líquida a poca profundidad. Comprender estos procesos ayuda a reconstruir el pasado climático de Marte y evaluar su potencial de habitabilidad.
¿Cómo ha esculpido el agua la superficie de Marte?
Bajo la superficie marciana, el agua circuló durante períodos pasados más templados. Al filtrarse en las grietas, modificó la composición de las rocas, a veces dejando redes de vetas minerales.
Con el tiempo, los minerales endurecidos resisten a la erosión, revelando estas crestas. Este fenómeno, bien conocido en la Tierra, aquí se ha conservado en un ambiente donde la erosión es mucho más lenta, lo que permite mantener las huellas durante períodos extremadamente largos.
Estas pistas son esenciales para reconstruir el momento en que Marte pasó de ser un mundo húmedo a un desierto frío. También pueden guiar futuras misiones en la búsqueda de zonas donde el agua – o incluso rastros de vida pasada – podría aún preservarse.