Los neandertales podrían haber sido los primeros en tener tradiciones culinarias distintas. Las marcas de corte en huesos revelan técnicas diferentes entre dos grupos vecinos.
Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha arrojado luz sobre diferencias intrigantes en la forma en que los neandertales preparaban sus alimentos. Al analizar huesos procedentes de las cuevas de Amud y Kebara, en Israel, los científicos observaron marcas de corte distintas, a pesar de utilizar las mismas herramientas y cazar las mismas presas. Estas variaciones sugieren tradiciones alimentarias transmitidas de generación en generación.
Las cuevas de Amud y Kebara, separadas por solo 70 kilómetros, fueron ocupadas por los neandertales hace entre 50.000 y 60.000 años. Ambos grupos utilizaban herramientas de sílex similares y cazaban principalmente gacelas y ciervos. Sin embargo, las marcas de corte en los huesos difieren significativamente, lo que no puede explicarse por diferencias en habilidad o recursos disponibles. Esto podría indicar métodos específicos de preparación de carne en cada grupo.
Los investigadores examinaron microscópicamente los huesos para comprender estas diferencias. Las marcas de corte en Amud eran más densas y menos lineales que en Kebara. Una hipótesis planteada es que los neandertales de Amud podrían haber secado o dejado envejecer la carne antes de cortarla, una práctica que modificaría la forma en que las herramientas interactúan con los huesos. Este descubrimiento abre una ventana a la cultura de los neandertales.
Los análisis también revelaron que los huesos de Amud estaban más quemados y fragmentados que los de Kebara, lo que sugiere prácticas de cocción diferentes. Estas variaciones podrían reflejar preferencias culinarias o tradiciones sociales distintas. Los científicos consideran que estas diferencias podrían ser resultado de una organización social variada entre ambos grupos, como el número de personas involucradas en el corte de la carne.
La entrada de la cueva de Kebara. Crédito: Erella Hovers
Este estudio, publicado en Frontiers in Environmental Archaeology, subraya la importancia de las tradiciones culturales en la vida de los neandertales. Los investigadores esperan que futuros trabajos permitan comprender mejor estas prácticas alimentarias y, quizás, reconstruir algunas 'recetas' neandertales. Las limitaciones actuales, como la fragmentación de los huesos, requieren sin embargo investigaciones adicionales para confirmar estas hipótesis.
Las marcas de corte, huellas culinarias
Las marcas de corte en los huesos son como huellas dactilares dejadas por las herramientas de piedra utilizadas por los neandertales. Cada grupo desarrollaba técnicas específicas para procesar la carne, reflejando quizás preferencias o métodos transmitidos culturalmente.
El análisis microscópico de estas marcas permite distinguir patrones únicos en cada grupo. Por ejemplo, marcas más densas y menos lineales podrían indicar carne secada o envejecida antes del corte. Esto sugiere una sofisticación en los métodos de preparación de alimentos.
Estas diferencias no son aleatorias sino que parecen sistemáticas, lo que refuerza la idea de tradiciones culinarias distintas. Los neandertales no eran simplemente cazadores-recolectores, sino seres con prácticas culturales elaboradas.
¿Por qué los neandertales tenían prácticas alimentarias diferentes?
Las variaciones en las prácticas alimentarias entre los grupos de neandertales podrían explicarse por factores ambientales o sociales. Por ejemplo, la disponibilidad de ciertos recursos o las condiciones climáticas podrían influir en los métodos de conservación de la carne.
Otra posibilidad es que estas diferencias reflejen identidades culturales distintas. Al igual que los humanos modernos tienen cocinas regionales, los neandertales podrían haber desarrollado 'recetas' específicas de su grupo, transmitidas a través de generaciones.
Estas prácticas también podrían estar vinculadas a rituales o creencias. La forma de preparar y consumir alimentos suele desempeñar un papel central en las culturas, sirviendo para reforzar vínculos sociales e identidades colectivas.