Desde el siglo XIX, los humanos han construido cerca de 7.000 represas, reteniendo suficiente agua para llenar dos veces el Gran Cañón. Estas infraestructuras, al desplazar enormes masas líquidas, han influido en la rotación terrestre. Las consecuencias, aunque mínimas, iluminan las interacciones entre actividades humanas y geofísica.
Vista aérea del embalse Lemon en Colorado. Imagen Wikimedia
Cómo las represas desplazan los polos
La corteza terrestre, sólida pero flexible, descansa sobre una capa de magma viscoso. Cualquier redistribución de masa en la superficie, como el derretimiento de los hielos o el almacenamiento de agua, provoca un ajuste de esta envoltura externa. Las represas, al retener miles de millones de toneladas de agua, han generado así un desplazamiento gradual de los polos.
Entre 1835 y 2011, esta acumulación de agua provocó un desplazamiento de los polos de aproximadamente 1,1 metros. Los investigadores identificaron dos fases distintas, correspondientes a las olas de construcción en América del Norte y Europa, y luego en Asia y África. Cada período orientó el Polo Norte hacia meridianos diferentes.
Este fenómeno, llamado "desplazamiento polar verdadero", sigue sin tener impacto directo en el clima. Sin embargo, subraya la magnitud de las modificaciones inducidas por el hombre. Las represas también contribuyeron a una disminución temporal del nivel medio de los mares de 21 mm.
Las implicaciones para el estudio del clima
Los embalses artificiales han enmascarado parte del aumento histórico de los océanos. En el siglo XX, retuvieron el equivalente al 25% del aumento esperado. Este dato debe integrarse ahora en los modelos climáticos para afinar las proyecciones.
La ubicación de las represas también influye en la distribución regional del aumento del nivel del mar. Las regiones cercanas a los grandes embalses podrían sufrir variaciones específicas, según los cálculos del equipo científico. Estos efectos, aunque sutiles, requieren mayor atención.
Finalmente, este estudio ofrece un marco para anticipar futuros desplazamientos polares relacionados con el derretimiento de los casquetes polares. Los mecanismos revelados ayudan a comprender cómo reacciona la Tierra a las redistribuciones de masa, ya sean naturales o antropogénicas (causadas por el hombre).