La escala Saffir-Simpson, utilizada durante décadas, se basa únicamente en la velocidad del viento para categorizar los huracanes entre 1 y 5. Sin embargo, este método ignora los peligros mortales de las marejadas ciclónicas y las precipitaciones intensas. Estos fenómenos son responsables de la mayoría de las muertes durante estos eventos meteorológicos extremos.
Expertos señalan que muchas pérdidas humanas ocurren cuando la categoría anunciada no refleja la amenaza real. Jennifer Collins, profesora de la Universidad del Sur de Florida, explica que las personas a menudo confían en este número para decidir si evacuar o no. Esto puede conducir a situaciones trágicas en caso de subestimación de los riesgos.
El huracán Florence en 2018, clasificado solo como categoría 1, sin embargo provocó inundaciones devastadoras que causaron 55 muertes. Crédito: NASA/Goddard Space Flight Center
Para remediar este problema, un equipo de investigadores ha desarrollado la escala de severidad de ciclones tropicales (TCSS). Este sistema integra tres parámetros: la velocidad del viento, la magnitud de la marejada ciclónica y las cantidades de lluvia. Cada peligro recibe una calificación de 1 a 5, combinada para obtener una puntuación global más representativa.
Un estudio reciente probó esta nueva escala con 4,000 personas que viven en las costas estadounidenses. Los participantes expuestos a las advertencias TCSS identificaron mejor los principales peligros y estaban más inclinados a evacuar.
Los resultados, publicados en Scientific Reports, muestran que el TCSS permite una mejor preparación para huracanes. Al proporcionar una imagen más completa de las amenazas, este sistema ayuda a las poblaciones a tomar medidas apropiadas, como proteger sus viviendas o ponerse a salvo a tiempo.
¿Qué es una marejada ciclónica?
Una marejada ciclónica es una elevación anormal del nivel del mar provocada por los vientos violentos y la baja presión atmosférica durante un huracán. Puede inundar las zonas costeras y causar inundaciones destructivas. Estas olas gigantes suelen ser el peligro más mortífero de los huracanes, incluso cuando los vientos son moderados. Su altura depende de la fuerza de la tormenta y de la configuración de las costas, con impactos variables según las regiones.
A diferencia de los tsunamis, las marejadas ciclónicas son generadas por condiciones meteorológicas y no por terremotos. Su predicción es difícil pero importante para alertar a las poblaciones en riesgo y organizar las evacuaciones. Los modelos modernos utilizan datos satelitales y oceanográficos para estimar la magnitud de estos fenómenos. Integrar estas predicciones en los sistemas de alerta mejora significativamente la seguridad pública.
¿Cómo funciona la escala Saffir-Simpson?
La escala Saffir-Simpson clasifica los huracanes en cinco categorías basadas únicamente en la velocidad máxima de los vientos sostenidos. Va desde la categoría 1 (vientos de 119 a 153 km/h) hasta la categoría 5 (vientos superiores a 252 km/h). Desarrollada en los años 1970, esta escala busca estimar los daños potenciales a las estructuras. Sin embargo, no tiene en cuenta otros factores críticos como las precipitaciones o las mareas, limitando su efectividad.
A pesar de sus deficiencias, sigue siendo ampliamente utilizada por los servicios meteorológicos por su simplicidad. Las críticas señalan que puede inducir a error al subestimar los riesgos no relacionados con el viento. Alternativas como el TCSS buscan subsanar estas insuficiencias integrando múltiples parámetros.