En las profundidades abisales, un enigma evolutivo acaba de ser resuelto por los biólogos. El pez rata manchado, una quimera de las profundidades, posee una estructura dental única... ¡en su frente!
Esta particularidad anatómica, observada únicamente en los machos, intriga a la comunidad científica desde hace mucho tiempo. Un equipo de investigación internacional ha desvelado el origen y la función de estos dientes situados de forma tan singular, revolucionando nuestra comprensión del desarrollo dental en los vertebrados.
Anatomía básica de H. colliei. (A y B) Fotografía de un H. colliei macho adulto en el Puget Sound. (Fotografía utilizada con permiso de Tiare Boyes) (C) Micro-TC de un H. colliei macho. (D) Volumen de la espina dorsal en vista ventral (micro-TC), destacando las dentaduras a lo largo de toda la espina. (E) Representación volumétrica del pico modificado, regiones hipermineralizadas visibles en forma de columnas perladas. (F) Representación volumétrica de los pterigópodos y la anatomía prepélvica. La pelvis está salpicada de seis grandes dentículos, y los pterigópodos están cubiertos de cientos de pequeños dentículos romboidales. (G y H) Segmentación del tenáculo adulto, con los dientes coloreados para resaltar su disposición.
Una herramienta reproductiva insólita
El tenáculo es un apéndice cartilaginoso situado entre los ojos de las quimeras macho. Generalmente permanece retraído, pareciendo una pequeña protuberancia blanca. Este órgano se despliega durante los cortejos nupciales o el apareamiento.
Los machos utilizan este gancho provisto de dientes para agarrar firmemente la aleta pectoral de las hembras. Este agarre es esencial para asegurar la estabilidad de la pareja durante la reproducción en el medio acuático. La manipulación a veces deja marcas distintivas en las parejas.
Este uso reproductor explica la presencia exclusiva del tenáculo en los individuos machos. Las hembras conservan solo un esbozo no desarrollado de esta estructura. Su aparición está sincronizada con la maduración de otros caracteres sexuales secundarios.
Un origen dental confirmado
El estudio combina el análisis de fósiles antiguos y el examen de especímenes contemporáneos. Un fósil de quimera que data de 315 millones de años muestra un tenáculo unido a la mandíbula superior. Esta posición ancestral indica una migración evolutiva hacia la parte superior del cráneo.
Los investigadores identificaron la presencia de una lámina dental, una estructura tisular idéntica a la que, en la mandíbula, permite el crecimiento de los dientes. Esta estructura nunca se había observado fuera de la cavidad bucal. Su existencia aquí confirma la naturaleza dental de las puntas del tenáculo.
El análisis genético de los tejidos modernos corroboró estas observaciones. Los genes expresados son los asociados al desarrollo dental en todos los vertebrados. Difieren claramente de los responsables de los dentículos dérmicos, las escamas modificadas que cubren la piel de los tiburones.