Las observaciones realizadas por el observatorio espacial Neil Gehrels Swift de la NASA han revelado que el objeto interestelar 3I/ATLAS que atraviesa actualmente nuestro Sistema Solar emite gas hidroxilo.
Se trata de un subproducto del agua provocado por la radiación ultravioleta. Los investigadores han calculado que el cometa 3I/ATLAS pierde alrededor de 40 kilogramos de agua cada segundo, un caudal comparable al de un potente chorro de agua. Esta actividad hídrica temprana sugiere que la composición interna de este cometa difiere fundamentalmente de la de los cometas nativos de nuestro Sistema Solar.
El observatorio Gemini Sur en Chile fotografió el cometa interestelar 3I/ATLAS en julio de 2025, revelando su estructura y su actividad inusual Crédito: International Gemini Observatory/NOIRLab/NSF/AURA/Shadow the Scientist
Los estudios preliminares del telescopio espacial James Webb ya habían indicado que este cometa presentaba una proporción elevada entre dióxido de carbono y agua. Las nuevas investigaciones publicadas en The Astrophysical Journal Letters confirman esta singularidad química. Los científicos piensan que esta desgasificación temprana podría estar causada por el calentamiento de pequeños granos de hielo en la superficie del núcleo cometario bajo el efecto de la radiación solar, incluso a gran distancia.
Dennis Bodewits, coautor del estudio y profesor de física en la Universidad de Auburn, explica que la detección de agua en un cometa interestelar equivale a recibir un mensaje químico proveniente de otro sistema planetario. Este descubrimiento indica que los ingredientes necesarios para la química de la vida no son exclusivos de nuestro entorno cósmico. La presencia de agua, molécula esencial para el desarrollo de la vida tal como la conocemos, en objetos venidos de otros sistemas estelares abre perspectivas para saber más sobre la distribución de los elementos prebióticos.
3I/ATLAS representa solamente el tercer visitante interestelar jamás registrado, después de 1I/'Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019. Cada uno de estos cometas ha presentado características distintas: 'Oumuamua era relativamente seco, Borisov rico en monóxido de carbono, y ahora 3I/ATLAS libera agua desde su llegada a nuestro Sistema Solar. Esta diversidad entre los objetos interestelares muestra la existencia de múltiples entornos de formación planetaria y cometaria en nuestra Galaxia, cada uno produciendo cuerpos celestes con propiedades químicas únicas.
Imágenes del cometa interestelar 3I/ATLAS tomadas en dos momentos: los días 31 de julio–1 de agosto de 2025 (arriba) y el 19 de agosto de 2025 (abajo). Las vistas de izquierda y derecha muestran el cometa bajo dos tipos de luz diferentes. Las zonas rojas indican la región estudiada, y las líneas punteadas blancas delimitan el fondo del cielo. Cada imagen cubre aproximadamente 20 000 kilómetros alrededor del núcleo, con colores ajustados para distinguir mejor los detalles.
Zexi Xing, investigador principal del estudio, subraya que cada objeto interestelar descubierto hasta ahora ha aportado su cuota de sorpresas y modificado nuestra comprensión de los procesos de formación de planetas y cometas alrededor de las estrellas. Estos visitantes cósmicos nos ofrecen muestras directas de materiales provenientes de otros sistemas estelares, permitiendo a los astrónomos estudiar directamente la composición química de regiones lejanas de nuestra Vía Láctea sin tener que enviar misiones espaciales.
El gas hidroxilo: trazador del agua en el espacio
El gas hidroxilo (OH) representa un indicador valioso para detectar la presencia de agua en el espacio interestelar. Esta molécula se forma cuando los rayos ultravioleta del Sol rompen las moléculas de agua (H2O) en átomos de hidrógeno y radicales hidroxilo.
Los astrónomos utilizan la firma ultravioleta característica del hidroxilo para localizar el agua a distancias considerables, pues el gas OH emite una luz específica cuando es excitado por la radiación estelar. Esta técnica permite detectar indirectamente el agua incluso cuando los instrumentos no pueden observar directamente las moléculas H2O.
En el caso del cometa 3I/ATLAS, la detección del gas hidroxilo a 2,9 unidades astronómicas del Sol ha revelado una actividad hídrica excepcionalmente temprana. Este método de detección indirecta resulta particularmente útil para estudiar cometas y otros cuerpos celestes donde el agua puede estar presente bajo diferentes formas.
El estudio del hidroxilo proporciona también información sobre los procesos fotoquímicos que ocurren en los entornos espaciales, ayudando a los científicos a comprender cómo las moléculas orgánicas complejas podrían formarse y evolucionar en diferentes sistemas planetarios.