La necrópolis de Saqqara, joya arqueológica egipcia, revela una nueva sorpresa. Una tumba de 4.200 años de antigüedad, perteneciente a un médico real con múltiples talentos, acaba de ser descubierta por un equipo franco-suizo.
Este médico, llamado "Titi Nep-Fu", era mucho más que un simple practicante. Bajo el reinado del faraón Pepi II, acumulaba los prestigiosos títulos de médico jefe, dentista y experto en herbolaria. Su sepultura, adornada con relieves e inscripciones, da testimonio de su estatus excepcional y de sus vínculos con la diosa Serket, protectora contra los venenos.
Un sabio con habilidades extraordinarias
Titi Nep-Fu era una figura central en la corte real. Sus habilidades médicas, especialmente en el tratamiento de mordeduras venenosas, le valieron una reputación excepcional. Las inscripciones de su tumba revelan que también era sacerdote y mago, asociado con prácticas rituales y religiosas.
Los arqueólogos han descubierto un sarcófago de piedra con su nombre y títulos. Las paredes de la tumba, bien conservadas, muestran escenas de ofrendas y representaciones de la vida cotidiana, ofreciendo una valiosa visión del Imperio Antiguo egipcio.
Una tumba escondida detrás de un muro de ladrillos
La sepultura de Titi Nep-Fu estaba oculta detrás de un muro de ladrillos de adobe, un detalle que ha intrigado a los investigadores. Este escondite permitió que la tumba permaneciera intacta a pesar de los saqueos anteriores. Los relieves coloridos y las inscripciones jeroglíficas describen sus múltiples funciones y su conexión con la diosa Serket.
Los arqueólogos también han encontrado rastros de otro mastaba perteneciente a Ouni el Viejo, visir de Pepi I. Estos descubrimientos enriquecen nuestra comprensión de la administración y las prácticas culturales de la época.
Saqqara, un tesoro arqueológico inagotable
La necrópolis de Saqqara sigue intrigando a los investigadores. Con sus pirámides y mastabas, ofrece una ventana única a la historia del antiguo Egipto. Las excavaciones recientes confirman su importancia como un sitio clave para el estudio del Imperio Antiguo.
Los trabajos del equipo franco-suizo continúan, prometiendo más revelaciones sobre este período. Cada descubrimiento contribuye a reconstruir el complejo rompecabezas de la civilización egipcia.
¿Quién era la diosa Serket en el antiguo Egipto?
La diosa Serket, a menudo representada como una mujer con un escorpión en la cabeza, era una figura importante en la mitología egipcia. Era venerada como protectora contra los venenos y las criaturas peligrosas, desempeñando un papel clave en los rituales de curación y protección.
Los egipcios creían que Serket tenía el poder de curar las mordeduras de escorpiones y serpientes. También estaba asociada con la magia y la medicina, siendo invocada por curanderos y sacerdotes. Su influencia se extendía hasta el más allá, donde protegía a los difuntos.
Serket estaba estrechamente relacionada con otras deidades, como Isis y Neftis, en los ritos funerarios. Velaba por los vasos canopos, los recipientes que contenían los órganos de los muertos, y ayudaba en la resurrección en el más allá. Su papel simbolizaba la protección y el renacimiento.
Hoy en día, los descubrimientos arqueológicos, como el de la tumba de Titi Nep-Fu, muestran la importancia de Serket en la vida cotidiana y espiritual de los egipcios. Estos hallazgos revelan cómo la medicina y la magia estaban íntimamente ligadas en esta civilización.
¿Qué es un mastaba en el antiguo Egipto?
Un mastaba es una estructura funeraria típica del antiguo Egipto, utilizada principalmente durante el Imperio Antiguo. Estos monumentos rectangulares, con paredes inclinadas, servían como tumbas para nobles y altos funcionarios, antes de la aparición de las pirámides.
Los mastabas se construían con ladrillos de adobe o piedra, con una capilla accesible para los vivos para realizar ofrendas. Albergaban una cámara funeraria subterránea, donde descansaba el difunto, así como espacios dedicados a objetos funerarios e inscripciones.
Las paredes de los mastabas a menudo estaban decoradas con relieves y pinturas que representaban la vida del difunto, sus títulos y logros. Estos decorados ofrecen hoy una valiosa visión de la cultura y las creencias de la época.
Los mastabas más famosos se encuentran en Saqqara, donde sirvieron como modelos para las primeras pirámides. Estas estructuras dan testimonio de la evolución arquitectónica y religiosa del antiguo Egipto, marcando un hito clave en la historia de las prácticas funerarias.