Hasta ahora, los científicos pensaban que las raíces de las plantas se concentraban principalmente cerca de la superficie. Sin embargo, investigaciones publicadas en Nature Communications revelan que el 20% de las plantas estudiadas poseen una segunda red de raíces que se adentra mucho más profundamente en el suelo.
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Estas raíces secundarias, que a veces alcanzan más de un metro de profundidad, permiten a las plantas obtener nutrientes inaccesibles de otra manera. Esta adaptación podría ser una respuesta a condiciones superficiales desfavorables, como sequía o falta de nutrientes. Las plantas parecen así capaces de "elegir" explotar estos recursos profundos cuando es necesario.
El estudio se basa en muestras de suelo recolectadas en 44 sitios alrededor del mundo, cubriendo diversos ecosistemas. Los investigadores identificaron un patrón denominado "bimodal", donde la masa de raíces presenta dos picos distintos en profundidad. Este fenómeno, aunque ya conocido, nunca había sido documentado a tal escala.
Las implicaciones de este descubrimiento son amplias, especialmente en cuanto al almacenamiento de carbono. Los suelos profundos podrían desempeñar un papel más importante de lo previsto en la captura de carbono, ofreciendo así nuevas vías para mitigar los efectos del cambio climático.
Esta investigación cuestiona varias hipótesis sobre el crecimiento de las raíces y su papel en los ecosistemas. También sugiere que las plantas podrían ser más resilientes frente a los cambios ambientales de lo que pensábamos.
¿Cómo acceden las plantas a los nutrientes en profundidad?
Las plantas desarrollan diversas estrategias para acceder a los nutrientes ubicados en profundidad. Estos mecanismos incluyen el crecimiento de raíces especializadas capaces de perforar capas de suelo compactadas.
Nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, esenciales para el crecimiento de las plantas, a menudo son más abundantes en profundidad. Las raíces secundarias permiten a las plantas evitar la intensa competencia por los recursos en la superficie.
Esta adaptación es particularmente importante en ecosistemas áridos o pobres en nutrientes. Ilustra la notable capacidad de las plantas para adaptarse a su entorno y sobrevivir.
¿Qué impacto tiene este descubrimiento en la lucha contra el cambio climático?
El descubrimiento de raíces profundas podría influir significativamente en las estrategias de captura de carbono. Los suelos profundos, menos afectados por perturbaciones superficiales, ofrecen un reservorio estable para el carbono.
Las plantas desempeñan un papel clave en el ciclo del carbono al absorber CO2 de la atmósfera. El almacenamiento de este carbono en raíces profundas podría prolongar su permanencia en el suelo, reduciendo así su retorno a la atmósfera.
Esta perspectiva abre nuevas vías para el desarrollo de cultivos específicamente diseñados para maximizar el almacenamiento de carbono en profundidad.