🛰️ Una revolución en órbita: mover los desechos espaciales sin tocarlos

Publicado por Adrien,
Fuente: Journal of Geophysical Research
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El espacio alrededor de nuestro planeta se está volviendo cada vez más congestionado por desechos que amenazan a los satélites y a la Estación Espacial Internacional. Un nuevo enfoque innovador podría permitir mover estos objetos peligrosos sin siquiera tener que tocarlos, abriendo el camino a operaciones de limpieza más seguras y eficientes.

El proyecto ALBATOR, financiado por la Comisión Europea con 3,9 millones de euros, explora un método original que utiliza un haz de partículas cargadas. A diferencia de las técnicas tradicionales que requieren contacto físico con los desechos, este enfoque emplea un chorro de iones para ejercer un empuje a distancia.

Los diseñadores afirman que este método elimina los riesgos relacionados con la captura o el acoplamiento, al tiempo que ofrece una mayor flexibilidad de intervención. Varias universidades europeas y empresas especializadas en vigilancia espacial participan en este proyecto que se extenderá durante tres años y medio.


Representación de una nave espacial moviendo un desecho espacial mediante un haz de iones.
Crédito: ALBATOR

El desafío es considerable ya que la Agencia Espacial Europea estima en 140 millones el número de fragmentos orbitales, algunos midiendo apenas un milímetro. Estos desechos, provenientes de satélites viejos y restos de lanzamientos, circulan a velocidades vertiginosas y representan una amenaza permanente para la infraestructura espacial. Los sistemas de vigilancia logran rastrear los objetos más grandes, pero la llegada masiva de nuevas constelaciones de satélites agrava constantemente la situación.

La tecnología de ALBATOR se basa en un principio físico bien conocido: la emisión controlada de iones cargados eléctricamente puede generar una fuerza suficiente para modificar la trayectoria de un objeto. Esta técnica, desarrollada por la startup francesa Osmos X, podría ser probada en el espacio a partir de 2030. Los investigadores españoles y alemanes asociados al proyecto trabajan en optimizar el sistema para que pueda adaptarse a diferentes tamaños de desechos.

Según un estudio reciente publicado en el Journal of Geophysical Research, la cantidad de desechos espaciales podría igualar la de los polvos meteóricos para 2040. Esta proyección alarmante subraya la urgencia de desarrollar soluciones de limpieza eficaces. El programa Pathfinder del Consejo Europeo de Innovación, que apoya a ALBATOR, tiene como objetivo precisamente acompañar las tecnologías prometedoras capaces de crear nuevos mercados mientras responden a problemas ambientales críticos.

Los socios industriales como NorthStar destacan la seguridad y la versatilidad de este enfoque no cinético. Al evitar cualquier contacto directo con los desechos, se reducen considerablemente los riesgos de fragmentación adicional. Este método podría complementar otras técnicas en desarrollo, como las redes de captura o los escudos protectores, para formar un arsenal completo de protección del medio ambiente orbital.

El funcionamiento de los haces de iones en el espacio


Los haces de iones utilizados en el proyecto ALBATOR se basan en el principio de la electrodinámica de plasmas. Un plasma es un gas ionizado que contiene partículas cargadas positiva y negativamente. En el contexto espacial, estos haces pueden ser generados por propulsores eléctricos que aceleran los iones a muy alta velocidad.

Cuando estos iones colisionan con un objeto, transfieren su cantidad de movimiento, creando así un empuje suficiente para modificar gradualmente su trayectoria. Esta técnica es particularmente adecuada para entornos de microgravedad donde fuerzas débiles pueden producir efectos significativos a largo plazo.

A diferencia de los métodos mecánicos, el uso de haces de iones permite intervenir a distancia de seguridad, evitando cualquier riesgo de colisión accidental. La precisión del sistema permite apuntar específicamente a los desechos más peligrosos sin afectar a los satélites operativos vecinos.

Las investigaciones actuales buscan optimizar la eficiencia energética de estos sistemas y desarrollar algoritmos de control capaces de adaptar la potencia del haz en función del tamaño y la composición de los desechos objetivo.

La vigilancia de los desechos espaciales


La detección y el seguimiento de los desechos espaciales representan un dominio tecnológico en constante evolución. Los sistemas de vigilancia utilizan principalmente radares terrestres y telescopios ópticos para catalogar los objetos en órbita. Estos instrumentos pueden detectar fragmentos de solo unos centímetros a altitudes de hasta 2.000 kilómetros.

Los datos recolectados son analizados por centros especializados como el Space Surveillance Network estadounidense o la red europea de la ESA. Estas organizaciones mantienen catálogos precisos que contienen los parámetros orbitales de cientos de miles de objetos, permitiendo predecir los riesgos de colisión con una precisión creciente.

Las nuevas tecnologías de vigilancia incluyen ahora sistemas láser capaces de medir con extrema precisión la distancia y la velocidad de los desechos. Algunos proyectos experimentales exploran incluso el uso de satélites dedicados a la vigilancia desde el espacio, ofreciendo una cobertura y una resolución mejoradas.

La inteligencia artificial juega un papel cada vez más importante en el procesamiento de los datos de vigilancia, permitiendo identificar las trayectorias de riesgo y optimizar las maniobras de evitación para los satélites operativos.
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