¿Las cocinas de gas, simples equipos de cocina? Mucho más que eso. Estos aparatos emiten contaminantes preocupantes en el aire que respiramos.
Cada año, miles de europeos sufren estas emanaciones. Inhaladas diariamente, estas sustancias ponen en peligro la salud y acortan la vida.
Las cocinas queman gas fósil, liberando dióxido de nitrógeno (NO2) y otras sustancias nocivas. Este gas, a menudo ignorado por los usuarios, es un irritante para las vías respiratorias y un factor de enfermedades pulmonares.
Según un estudio de la Universidad Jaume I en España, 40 000 muertes anuales en Europa estarían relacionadas con el uso de las cocinas de gas. Las personas que cocinan con gas verían su esperanza de vida reducida en casi 2 años debido a las inhalaciones que este modo de cocción provoca. Cifras alarmantes que subrayan un peligro desconocido.
Los investigadores compararon la contaminación interior generada por estos aparatos con el aire exterior. Los hogares equipados con cocinas de gas inhalarían un nivel de NO2 muy superior a las normas de la OMS.
Numerosos hogares europeos están concernidos: un tercio, en promedio, utiliza gas para cocinar, y hasta el 60 % en Italia, los Países Bajos, Rumanía y Hungría.
Los analistas destacan que la estimación actual podría estar subestimada. De hecho, otras sustancias como el monóxido de carbono y el benceno no se incluyeron en los cálculos.
La Alianza Europea para la Salud Pública insta a la Unión Europea a actuar limitando las emisiones de los aparatos de gas. Propone una ayuda financiera para fomentar la transición hacia aparatos menos contaminantes.
Los consumidores, por su parte, pueden tomar precauciones simples, como abrir las ventanas o activar la campana extractora durante la cocción para reducir la exposición.
¿Qué es el dióxido de nitrógeno (NO2)?
El dióxido de nitrógeno (NO2) es un gas irritante, principalmente producido por la combustión de combustibles fósiles, especialmente en vehículos de gasolina y aparatos de cocina de gas. Aunque es invisible, es responsable de varios impactos en la salud respiratoria, causando inflamaciones y exacerbaciones de enfermedades pulmonares.
En ambientes cerrados, como las cocinas, las concentraciones de NO2 pueden alcanzar niveles superiores a las recomendaciones sanitarias. Estas partículas pueden desencadenar crisis de asma, enfermedades cardíacas e incluso muertes prematuras. Los sistemas de ventilación pueden ayudar, pero sin eliminar totalmente las emisiones de NO2.