Un estudio destaca los riesgos a largo plazo asociados con la exposición temprana a contenidos violentos durante la infancia, los cuales podrían manifestarse en comportamientos antisociales en los adolescentes una década después.
"Aunque estudios previos han demostrado que la exposición a modelos violentos y la recompensa de comportamientos agresivos pueden tener un efecto inmediato en la agresividad de niños de cuatro años, pocos han explorado sus consecuencias a largo plazo en el comportamiento antisocial. Por eso decidimos estudiar estas consecuencias en adolescentes", explica Linda Pagani, quien también es investigadora en el
Centro de Investigación Azrieli del CHU Sainte-Justine. "Nuestro equipo de investigación también se centró en niños de clase media, ya que este grupo es estadísticamente menos propenso a mostrar comportamientos agresivos o dañinos hacia los demás, lo que los convierte en una población ideal para examinar esta cuestión."
Casi 2000 niños estudiados durante un período de 11 años
Los participantes del estudio, 963 niñas y 982 niños, forman parte de la cohorte del Estudio Longitudinal del Desarrollo de los Niños de Quebec y nacieron entre la primavera de 1997 y la primavera de 1998.
En primer lugar, sus padres informaron sobre la frecuencia de exposición a contenidos televisivos violentos a los 3,5 y 4,5 años. Cuando estos niños cumplieron 15 años, respondieron ellos mismos a varias preguntas relacionadas con comportamientos antisociales.
La profesora Pagani y su equipo definieron la violencia en pantalla como cualquier agresión física, verbal o relacional, así como situaciones en las que el protagonista intenta intencionalmente lastimar o causar daño a otras personas. Según el estudio, "los niños se sienten atraídos por contenidos violentos dinámicos y estimulantes, que a menudo presentan personajes atractivos como superhéroes que realizan actos agresivos y son recompensados por ello, lo que aumenta la probabilidad de exposición a la violencia".
El equipo de investigación realizó análisis para determinar si la exposición a contenidos televisivos violentos a los 3,5 y 4,5 años era un factor predictivo de comportamientos antisociales 11 años después.
"Estadísticamente, tuvimos en cuenta otros factores relacionados con el niño y su familia que podrían explicar nuestros resultados, para garantizar la precisión de los hallazgos sobre la relación entre la exposición a contenidos violentos y los comportamientos antisociales", aclara la profesora Pagani.
Comportamientos agresivos y violentos en los niños
Solo en los niños, la exposición a contenidos televisivos violentos durante la primera infancia se asoció con un aumento de comportamientos antisociales a los 15 años. Estos comportamientos antisociales se manifestaron en actos agresivos como golpear o pegar a otra persona con la intención de robarle o sacar provecho, con o sin motivo aparente.
El uso de amenazas e insultos, la participación en peleas entre pandillas de adolescentes y el uso de armas también forman parte de los comportamientos antisociales agresivos relacionados con la exposición infantil a contenidos televisivos violentos.
No se observó un aumento de estos comportamientos en las niñas, lo cual no sorprendió al equipo de investigación, ya que los niños suelen estar más expuestos a este tipo de contenidos.
"Nuestro estudio proporciona resultados convincentes que indican que la exposición de niños pequeños a la violencia en los medios puede tener consecuencias graves y duraderas, especialmente en los niños", señala Linda Pagani. "También demuestra la urgente necesidad de campañas de prevención en salud pública para concienciar a los padres y las comunidades sobre los riesgos a largo plazo de esta exposición y permitirles tomar decisiones informadas sobre los contenidos digitales violentos a los que también están expuestos sus hijos."
Por lo tanto, los padres y las comunidades pueden desempeñar un papel crucial en la prevención de comportamientos violentos en adolescentes al evitar la exposición de niños muy pequeños a contenidos violentos en pantalla, concluye la profesora Pagani, quien realizó el estudio con un equipo de científicos de Canadá, Estados Unidos e Italia.