Un estudio reciente revela que algunas bebidas comunes podrían ser perjudiciales para nuestra salud cerebral.
Cada año, alrededor de 140,000 accidentes cerebrovasculares (ACV) se registran en Francia, es decir, uno cada cuatro minutos. Esta emergencia médica puede ocurrir a cualquier edad, aunque el riesgo aumenta con el tiempo. Además del envejecimiento, existen otros factores de riesgo como el sobrepeso, la hipertensión y, sobre todo, nuestras elecciones alimentarias.
Reconocer las bebidas buenas de las malas bebidas
Investigadores analizaron los hábitos de consumo de 27,000 participantes de 27 países, que formaron parte del amplio estudio sobre el ACV llamado INTERSTROKE. Observaron que beber dos refrescos al día aumenta el riesgo de ACV en un 22 %. Los jugos de frutas industriales, a menudo percibidos como más saludables, incrementan este riesgo en un 37 %.
Los refrescos, ya sean azucarados o "cero" (endulzados), son particularmente preocupantes. El consumo regular está asociado con problemas de salud, incluidos los ACV isquémicos. El profesor Andrew Smyth enfatiza la importancia de reducir el consumo de estos refrescos.
Los jugos de frutas, debido a su alto contenido de azúcares añadidos, también son perjudiciales. De hecho, estas bebidas, a menudo elaboradas a partir de concentrados, pueden ser más peligrosas que los jugos recién exprimidos. Según Andrew Smyth, el tipo de jugo consumido puede marcar una gran diferencia para la salud.
El café, aunque ofrece beneficios en cantidades moderadas, puede aumentar el riesgo de ACV cuando se consume en exceso. Los investigadores encontraron que beber más de cuatro tazas al día aumenta este riesgo en un 37 %. Los resultados del estudio también destacan la importancia del agua y del té en la prevención de los ACV. De hecho, beber al menos siete vasos de agua diariamente podría reducir el riesgo de ACV. Además, el consumo regular de té negro o verde disminuiría el riesgo en un 29 % y 27 %, respectivamente.
Los autores de esta investigación instan a reevaluar las elecciones de bebidas para preservar la salud cerebral. Optar por agua y té en lugar de refrescos o jugos concentrados podría ayudar a reducir el riesgo de ACV.
¿Qué es un ACV y por qué algunas bebidas aumentan el riesgo?
El accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se bloquea o se rompe. Esto provoca una pérdida de oxígeno y nutrientes para las células cerebrales, causando daños irreversibles. Existen dos tipos principales de ACV: el isquémico (causado por un coágulo de sangre) y el hemorrágico (ruptura de un vaso sanguíneo).
Las bebidas azucaradas, como los refrescos y los jugos de frutas industriales, aumentan el riesgo de ACV debido a su impacto en los niveles de azúcar en la sangre y la presión arterial. El exceso de azúcar favorece la inflamación y los trastornos vasculares, lo que incrementa el riesgo de obstrucción o ruptura de los vasos sanguíneos.
Por otro lado, bebidas como el agua y el té pueden proteger el cerebro al ayudar a mantener una hidratación óptima y proporcionar antioxidantes beneficiosos.