Un equipo de investigadores australianos ha desentrañado el misterio de la muerte de las células cancerosas después de la radioterapia. Su descubrimiento, centrado en los mecanismos de reparación del ADN, podría mejorar significativamente la eficacia de los tratamientos contra el cáncer al combinar radioterapia e inmunoterapia.
La radioterapia es un pilar en el tratamiento del cáncer, pero su eficacia varía según la forma en que mueren las células tumorales. Algunas formas de muerte celular pasan desapercibidas para el sistema inmunológico, mientras que otras desencadenan una respuesta inmunitaria poderosa, permitiendo que el propio organismo combata el cáncer. Comprender estas diferencias es esencial para mejorar las terapias existentes.
El papel de la reparación del ADN
Los investigadores descubrieron que los mecanismos de reparación del ADN desempeñan un papel central en la forma en que las células cancerosas responden a la radioterapia. Normalmente, estos mecanismos protegen las células sanas, pero en caso de daños masivos, como los causados por la radioterapia, pueden influir en el tipo de muerte celular.
Cuando las células cancerosas reparan su ADN dañado por radioterapia utilizando la "recombinación homóloga", mueren durante la división celular. Este tipo de muerte pasa desapercibido para el sistema inmunológico, lo que limita la eficacia del tratamiento. De hecho, sin una señal de alerta, el sistema inmunológico no puede identificar y atacar las células cancerosas restantes.
Por otro lado, cuando entran en juego otros mecanismos de reparación del ADN, producen subproductos que se asemejan a una infección. Estos subproductos activan el sistema inmunológico, que reconoce entonces las células cancerosas como una amenaza. Esta alerta permite al sistema inmunológico destruir no solo las células cancerosas dañadas, sino también eliminar posibles células tumorales residuales, reduciendo así el riesgo de recurrencia.
Bloquear la recombinación homóloga para activar la inmunidad
Al bloquear la recombinación homóloga, los investigadores lograron modificar la forma en que las células cancerosas mueren después de la radioterapia. Así, en lugar de morir silenciosamente durante la división celular, las células cancerosas liberaron subproductos que alertaron al sistema inmunológico, incitándolo a destruir otras células cancerosas.
Este descubrimiento abre el camino a tratamientos combinados, que asocian radioterapia e inmunoterapia. Al inhibir la recombinación homóloga, los médicos podrían forzar a las células cancerosas a morir de manera que se active el sistema inmunológico, aumentando así la eficacia general del tratamiento.
Una tecnología en el corazón del descubrimiento
El uso de la microscopía en tiempo real permitió a los investigadores seguir las células irradiadas durante una semana. Esta tecnología reveló la complejidad de los procesos de muerte celular y fue esencial para comprender los mecanismos en juego.
Según el profesor Tony Cesare, este descubrimiento es el resultado de seis años de trabajo arduo. Ofrece nuevas perspectivas para mejorar los tratamientos contra el cáncer, especialmente al combinar radioterapia e inmunoterapia para aumentar las tasas de curación.
Para profundizar: ¿Qué es la recombinación homóloga?
La recombinación homóloga es un mecanismo de reparación del ADN que permite a las células corregir las roturas de doble cadena, uno de los tipos de daño más graves. Este proceso utiliza una secuencia de ADN similar como modelo para reparar la rotura con precisión, preservando así la integridad del genoma.
En condiciones normales, la recombinación homóloga es esencial para mantener la estabilidad genética y prevenir mutaciones que podrían conducir al cáncer. Sin embargo, en el contexto del tratamiento del cáncer, este mecanismo también puede proteger las células tumorales al reparar los daños causados por la radioterapia.
Las células cancerosas que dependen en gran medida de la recombinación homóloga, como las portadoras de mutaciones BRCA2, son particularmente vulnerables cuando este mecanismo se bloquea. Esto explica por qué los inhibidores de la recombinación homóloga son prometedores para reforzar la eficacia de los tratamientos contra el cáncer.
¿Qué es la radioterapia?
La radioterapia es un tratamiento médico que utiliza radiaciones de alta energía para destruir las células cancerosas o impedir su crecimiento. Actúa dañando el ADN de las células tumorales, lo que les impide multiplicarse y provoca su muerte.
Este tratamiento se utiliza ampliamente para muchos tipos de cáncer, ya sea solo o en combinación con otras terapias como la cirugía o la quimioterapia. La radioterapia puede administrarse de forma externa, mediante una máquina que dirige los rayos hacia el tumor, o de forma interna, colocando una fuente radiactiva cerca de las células cancerosas.
Aunque se dirige principalmente a las células cancerosas, la radioterapia también puede afectar a las células sanas cercanas, lo que explica algunos efectos secundarios. Sin embargo, las técnicas modernas permiten minimizar estos daños al dirigirse con precisión al tumor.