Las profundidades de la Tierra aún guardan muchas sorpresas. Un equipo de científicos ha descubierto que objetos circulan horizontalmente en el manto terrestre, a casi 3000 kilómetros bajo nuestros pies.
Este hallazgo, publicado en Communications Earth & Environment, arroja nueva luz sobre el misterio de la capa D'', una zona situada en la frontera entre el manto y el núcleo terrestre. Durante décadas, los científicos habían observado que las ondas sísmicas se aceleran allí de manera inexplicable, hasta que este estudio propuso una explicación convincente.
Imagen: Argonne National Laboratory / Flickr / CC 2.0
El profesor Motohiko Murakami y su equipo en ETH Zurich realizaron experimentos en laboratorio para simular las condiciones extremas de la capa D''. Así pudieron observar cómo los cristales de post-perovskita se alinean bajo el efecto de la presión y la temperatura, explicando la aceleración de las ondas sísmicas.
Este avance no solo resuelve un misterio geológico. También confirma la existencia de corrientes de convección en el manto terrestre, donde objetos se desplazan lentamente. Este fenómeno podría influir en los movimientos de las placas tectónicas e incluso en el campo magnético terrestre.
Las implicaciones de este descubrimiento son amplias. Al comprender mejor la dinámica interna de la Tierra, los científicos podrán mejorar sus modelos de predicción de terremotos y erupciones volcánicas. Es una nueva era que se abre para la geofísica.
El estudio de Murakami marca un hito en nuestra comprensión de la Tierra. Demuestra que nuestro planeta está en constante evolución, no solo en superficie sino también en sus profundidades más inaccesibles. Este hallazgo abre el camino a nuevas investigaciones sobre los mecanismos internos de la Tierra.
¿Cómo influyen los cristales de post-perovskita en las ondas sísmicas?
Los cristales de post-perovskita, formados bajo presiones y temperaturas extremas, tienen una estructura particular que afecta la propagación de las ondas sísmicas. Cuando estos cristales se alinean en una dirección específica, crean una anisotropía en el material, lo que significa que las ondas sísmicas viajan más rápido en ciertas direcciones que en otras.
Este alineamiento es el resultado de la deformación de las rocas bajo el efecto de las corrientes de convección en el manto terrestre. Estas corrientes, similares a las observadas en agua hirviendo pero ocurriendo en escalas de tiempo geológicas, empujan a los cristales a orientarse en la misma dirección.
El descubrimiento de este efecto permite a los científicos entender mejor por qué las ondas sísmicas se aceleran al atravesar la capa D''. También proporciona pistas valiosas sobre los procesos dinámicos en las profundidades de la Tierra.