Por Abderrazak El Albani - Profesor de la Universidad de Poitiers
Los volcanes situados en la frontera de las placas tectónicas son conocidos por sus erupciones explosivas y de gran envergadura, capaces de generar varios decenas de km
3 de material. Estas erupciones pueden atrapar casi instantáneamente la vida presente, conservándola bajo sus cenizas y dejando así testimonio de civilizaciones enteras, como en Pompeya, enterrada bajo las cenizas del Vesubio.
Vista artística de la explosión del volcán que sepultó los trilobites.
Proporcionada por el autor
Un equipo internacional de investigadores, que he coordinado, acaba de publicar un
artículo presentado en la portada de la revista americana de referencia
Science, describiendo el descubrimiento de dos nuevas especies de trilobites. Son los fósiles de trilobites mejor conservados jamás descubiertos.
Presentan detalles anatómicos inéditos a pesar de los millones de trilobites recogidos y estudiados en los últimos dos siglos. Estos artrópodos fósiles, encontrados petrificados en su última postura, son representantes de un ecosistema de 515 millones de años (Ma), un "Pompeya" marino, descubierto en niveles de cenizas volcánicas, en Aït Youb, en la región de Souss-Massa, Marruecos. Este trabajo ha sido destacado en la portada de la revista Science.
Con más de 22,000 especies descubiertas, los trilobites son sin duda los invertebrados fósiles más conocidos. Mientras que su exoesqueleto de calcita les otorga un fuerte potencial de fosilización (lo que explica su gran número), sus apéndices no mineralizados y órganos internos se conocen únicamente a través de un número limitado de especímenes.
Los trilobites se extinguieron desde el final del Paleozoico (-539 a -252 millones de años). Son artrópodos cuyo tamaño varía de uno a unos pocos centímetros. Vivían exclusivamente en el medio marino. Los que hemos descubierto miden aproximadamente 2 centímetros. Hoy en día, sus descendientes más cercanos morfológicamente son los
limulus. También son artrópodos marinos, pero son primos lejanos.
Moldes de trilobites
En Aït Youb, durante una erupción volcánica, los organismos vivos fueron enterrados por flujos piroclásticos. Los tejidos biológicos fueron consumidos por el intenso calor, dejando solo cavidades en las cenizas solidificadas: los moldes de los organismos. Estos últimos preservan los más mínimos detalles de la superficie exterior de los trilobites, incluyendo pelos y espinas a lo largo de los apéndices. Su tubo digestivo también se conservó después de llenarse de cenizas. Incluso pequeñas conchas (braquiópodos) fijadas en su exoesqueleto por un pedúnculo quedaron fosilizadas en su posición de vida.
Vista ventral de una reconstrucción microtomográfica de un trilobite Gigoutella mauretanica.
A. Mazurier, Abderrazak El Albani, Proporcionada por el autor
Gracias a una técnica de imagen, la
microtomografía de rayos X, pudimos estudiar los fósiles en 3D sin extraerlos de su matriz. Esta técnica se basa en la propiedad de los rayos X para atravesar la materia y ser absorbidos según la naturaleza y la densidad de los componentes que encuentran. Rellenando digitalmente su molde, los cuerpos desaparecidos han sido reconstruidos con un nivel de detalle impresionante.
Este trabajo, realizado por
Arnaud Mazurier, Ingeniero de Investigación de la Universidad de Poitiers, aporta una nueva perspectiva sobre la organización anatómica de los trilobites. Los resultados han revelado, en particular, con un detalle sin precedentes, un grupo de pares de patas especializadas alrededor de la boca, permitiendo una idea más precisa de cómo se alimentaban. También revelan, por primera vez en estos fósiles, la presencia de un
labrum, un lóbulo carnoso que actúa como labio superior en los artrópodos actuales.
Vista lateral de una reconstrucción microtomográfica de un trilobite Gigoutella mauretanica.
A. Mazurier, Abderrazak El Albani, Proporcionada por el autor
Una conservación óptima gracias a las cenizas volcánicas
Este descubrimiento demuestra el papel esencial de los depósitos de cenizas volcánicas para la preservación de fósiles y la importancia crucial de la exploración de ambientes submarinos volcánicos.
También demuestra que la microtomografía de rayos X es una herramienta poderosa para observar en 3D objetos fosilizados en rocas muy duras, sin riesgo de alterarlos. Por lo tanto, los depósitos piroclásticos (rocas compuestas principalmente o únicamente de materiales volcánicos) deberían convertirse en nuevos objetivos de estudio debido a su excepcional potencial para atrapar y conservar restos biológicos, incluso blandos, sin generar degradación. Así, se deberían abrir nuevas ventanas al pasado de nuestro planeta.
Para ilustrar el impacto de nuestro descubrimiento, Greg Edgecombe, conservador del Museo de Historia Natural de Londres, especialista en artrópodos y coautor del estudio, declaró: "He estudiado los trilobites durante casi 40 años, pero nunca había tenido la impresión de estar viendo animales vivos como lo he hecho con estos. He visto mucha anatomía blanda de trilobites, pero es la preservación en 3D lo que realmente es asombroso."