Investigadores chinos han descubierto que el bienestar mental podría ser un factor determinante para envejecer saludablemente, independientemente de la situación socioeconómica de los individuos. Esta conclusión se basa en el análisis de ocho bases de datos genéticas, que incluyen a 2,3 millones de europeos. Y esto tiene un vínculo con el queso...
Gracias a un método llamado "aleatorización mendeliana", demostraron que las personas con un mejor bienestar mental tendían a envejecer mejor, caracterizado por una mayor resiliencia, una salud autoevaluada más alta y una longevidad aumentada.
La relación entre el bienestar mental y la salud física ha sido estudiada durante mucho tiempo, pero determinar una causalidad clara siempre fue difícil debido a los numerosos factores de confusión posibles, como el estatus socioeconómico. Tian-Ge Wang y sus colegas utilizaron datos genéticos públicos para examinar este efecto. Su análisis reveló que el bienestar mental estaba asociado a resultados positivos de envejecimiento, independientemente de los ingresos, la educación o el empleo de los individuos.
Los investigadores también identificaron ciertos comportamientos que favorecen el bienestar y, por lo tanto, un envejecimiento más saludable. Por ejemplo, una disminución del tiempo frente al televisor, una reducción del tabaquismo, así como un aumento del consumo de queso y frutas han sido relacionados con una mejora del bienestar mental. Entre estos factores, el consumo de queso resultó ser particularmente beneficioso, con un impacto positivo del 3,67 % en la salud autoevaluada y la longevidad de los individuos.
Estos resultados subrayan la importancia de integrar el apoyo a la salud mental en las políticas de salud pública y la investigación sobre el envejecimiento. Los autores sugieren que intervenciones encaminadas a mejorar el bienestar mental podrían constituir una estrategia eficaz para promover un envejecimiento saludable en la población. Sin embargo, reconocen la necesidad de validar estos hallazgos en grupos étnicos más diversos, ya que el estudio se centra únicamente en individuos de origen europeo.
En cuanto a los beneficios del queso, un estudio japonés reciente corrobora estas conclusiones al vincular un consumo mayor de queso a una mejor función cognitiva. Otras investigaciones sugieren que el queso podría activar las vías de la dopamina en el cerebro, induciendo así sensaciones de placer.
En conclusión, aunque las interacciones complejas hacen difícil la extrapolación de resultados únicos, este estudio aporta pruebas alentadoras sobre la importancia del bienestar mental para un envejecimiento saludable. Consumir queso, además de otras hábitos de vida positivos, podría pues desempeñar un papel beneficioso.