Esta pequeña zona de nuestro cerebro ordena nuestras prioridades diarias

Publicado por Adrien - Domingo 28 Julio 2024 - Otros Idiomas: FR, EN, DE, PT
Fuente: Universidad de Ginebra
¿Cómo clasifica nuestro cerebro entre los objetivos urgentes y los que no lo son tanto? Investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) y de la Icahn School of Medicine en Nueva York han explorado cómo nuestro cerebro memoriza y ajusta las metas que nos proponemos a diario.

Su estudio revela diferencias en el tratamiento de los objetivos inmediatos o lejanos, tanto a nivel comportamental como cerebral. Estos descubrimientos, descritos en la revista Nature Communications, podrían tener implicaciones significativas para la comprensión de trastornos psiquiátricos, en especial la depresión, que puede dificultar la formulación de objetivos claros.


A lo largo del día, nos fijamos metas a alcanzar: buscar a los niños en la escuela en una hora, preparar la comida en tres horas, pedir una cita con el médico en cinco días o cortar el césped en una semana. Estas metas, urgentes y menos urgentes, se redefinen constantemente según los eventos que ocurren a lo largo de la jornada.

Investigadores de la UNIGE y de la Icahn School of Medicine en el Hospital Mount Sinai de Nueva York han estudiado cómo el cerebro memoriza y actualiza las metas a alcanzar. Más específicamente, cómo clasifica los objetivos que requieren o no una atención inmediata. Su estudio se centra en una región particular del cerebro, el hipocampo, debido a su papel establecido en la memoria episódica, encargada de codificar, consolidar y recuperar información vivida personalmente, integrando su contexto emocional, espacial y temporal.

Una misión imaginaria en Marte, en el tiempo de una IRM

Los neurocientíficos pidieron a 31 personas que se imaginaran en una misión espacial de 4 años en Marte, donde tenían que cumplir una serie de objetivos cruciales para su supervivencia (cuidar de su casco espacial, hacer ejercicio, comer ciertos alimentos, etc.). Los objetivos de la misión variaban según el momento en que debían ser alcanzados, con tareas diferentes para cada uno de los cuatro años del viaje.

A medida que los participantes progresaban en la misión, se les presentaban los mismos objetivos. Debían entonces indicar si se trataba de objetivos pasados, presentes o futuros. A medida que avanzaban en el tiempo, la pertinencia de estos objetivos cambiaba: los objetivos inicialmente previstos para el futuro se convertían en necesidades actuales, mientras que las necesidades actuales se convertían en objetivos pasados. Así, los participantes debían gestionar varias metas según su distancia temporal y actualizar sus prioridades a medida que avanzaban en la misión.

La prioridad a los objetivos inmediatos

El equipo observó los tiempos de reacción de cada participante para determinar si la tarea debía realizarse en el presente, el pasado o el futuro. "Las metas a alcanzar inmediatamente son más rápidamente reconocidas que aquellas a realizar en un tiempo más lejano. Este tratamiento diferente de la información almacenada revela la prioridad otorgada a las necesidades actuales frente a las que están más alejadas. Se requiere un tiempo adicional para viajar mentalmente en el tiempo y recuperar los objetivos pasados y futuros", explica Alison Montagrin, profesora asistente en el Departamento de Neurociencias Fundamentales de la Facultad de Medicina de la UNIGE, ex posdoctoranda en la Icahn School of Medicine y primera autora del estudio.


En nuestro cerebro, el hipocampo rige la codificación, la consolidación y la recuperación de la información vivida integrando su contexto emocional, espacial y temporal.
© Thomas Grand/Atelier XL

Los científicos también buscaron saber si existían diferencias a nivel cerebral. Imágenes obtenidas gracias a una IRM de muy alta resolución revelaron que, al recuperar información sobre metas a alcanzar en el presente, el hipocampo se activa en su región posterior. En cambio, al recordar objetivos pasados o a alcanzar en el futuro, se activa la región anterior.

Estos resultados podrían abrir una vía terapéutica para las personas con depresión, que presentan dificultades para formar metas.

"Estos resultados son particularmente interesantes ya que estudios previos han mostrado que cuando utilizamos nuestra memoria episódica o memoria espacial, la región anterior del hipocampo está implicada en la recuperación de información de orden general, mientras que la parte posterior maneja los detalles. Será interesante explorar si – al contrario de los objetivos inmediatos – la proyección en el futuro o el recuerdo de un objetivo pasado no requieren detalles específicos, sino que una representación general es suficiente", concluye la investigadora.

Esta investigación muestra que la escala del tiempo juega un papel crucial en la forma en que las personas se fijan metas personales. Esto podría tener implicaciones importantes para la comprensión de trastornos psiquiátricos, como la depresión. De hecho, las personas que sufren de depresión pueden tener dificultades para formar metas específicas y ver más obstáculos para alcanzarlas. Investigar si estas personas perciben de manera diferente la distancia para alcanzar sus objetivos – lo que podría hacerlas más pesimistas sobre sus posibilidades de éxito – podría abrir una vía terapéutica.
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