La ciencia a menudo es percibida como un bastión de verdad y rigor, pero un estudio reciente revela una cara oculta preocupante. Redes organizadas manipulan el proceso de publicación académica a gran escala, amenazando la credibilidad de la investigación.
Una investigación exhaustiva, llevada a cabo por investigadores de la Universidad Northwestern, saca a la luz prácticas fraudulentas sofisticadas que escapan al control tradicional. Lejos de ser actos aislados, estas maniobras implican a entidades coordinadas que operan a escala mundial. Las consecuencias podrían ser desastrosas si no se hace nada para contrarrestar esta tendencia creciente.
El equipo de investigación, dirigido por Luís A. N. Amaral, combinó el análisis de vastos conjuntos de datos con estudios de caso para desenmascarar estas redes. Examinaron publicaciones retractadas, duplicaciones de imágenes y revistas desindexadas, apoyándose en bases de datos importantes como Web of Science y PubMed. Su método permitió identificar patrones repetitivos que indican un fraude sistemático en lugar de errores puntuales. Estos hallazgos subrayan la magnitud del problema, que supera ahora el crecimiento de las publicaciones legítimas.
Entre las tácticas empleadas, las "fábricas de artículos" (paper mills) producen en masa manuscritos de baja calidad, a menudo con datos fabricados o contenido plagiado. Estos documentos son vendidos a investigadores deseosos de publicar rápidamente, a veces por miles de dólares, llegando incluso a comprar puestos de autor. Los intermediarios actúan como facilitadores, permitiendo la publicación en revistas comprometidas o infiltradas. Esta industrialización del fraude permite a algunos construirse una reputación sin llevar a cabo investigaciones reales.
Las redes fraudulentas evitan los controles dirigiendo sus esfuerzos hacia subdominios vulnerables o desviando revistas abandonadas. Por ejemplo, la revista HIV Nursing, antes legítima, fue retomada para publicar miles de artículos sin relación con su campo inicial. Los investigadores insisten en la necesidad de un enfoque multidimensional, que incluya una mayor supervisión de los procesos editoriales y mejores herramientas de detección.
El advenimiento de la inteligencia artificial generativa agrava los riesgos, ya que podría amplificar la producción de contenido fraudulento. Sin medidas preventivas, la literatura científica corre el riesgo de verse inundada de información falsa, que incluso será utilizada posteriormente para entrenar futuros modelos de IA. Esta situación alarmante exige una reestructuración urgente de los incentivos en el ámbito científico, para preservar la integridad y la confianza del público.
Las paper mills: fábricas de fraude científico
Las paper mills son organizaciones que producen en serie artículos científicos falsificados. Explotan la presión de "publicar o perecer" (publish or perish) en el ámbito académico, donde los investigadores deben publicar constantemente para avanzar en sus carreras.
Estas entidades venden manuscritos completos o puestos de autor, a menudo a través de intermediarios que actúan en la sombra. Los precios varían según la posición en la lista de autores, siendo el primer puesto el más caro.
Los artículos generados contienen frecuentemente imágenes manipuladas, datos inventados o plagio, lo que dificulta su detección sin herramientas especializadas. Esto socava la calidad de las bases de datos científicas utilizadas para futuras investigaciones.
La lucha contra estas prácticas requiere una colaboración internacional y tecnologías avanzadas de análisis de texto e imágenes para identificar similitudes e incoherencias.
La infiltración de las revistas académicas
Las revistas académicas a veces son infiltradas por actores malintencionados que sortean los procesos de revisión por pares. Esto puede hacerse mediante la corrupción de editores o el desvío de títulos de revistas abandonadas.
Cuando una revista cesa sus actividades, su nombre y sitio web pueden ser readquiridos por defraudadores para publicar artículos sin control de calidad. Estas publicaciones son luego indexadas en bases de datos reputadas, otorgándoles una apariencia de legitimidad.
Esto plantea un problema mayor para las agencias de indexación como Scopus o PubMed, que deben actualizar constantemente sus listas para excluir fuentes no fiables. La mayor vigilancia de las comunidades científicas es importante para denunciar estos casos.
Iniciativas como Retraction Watch ayudan a rastrear las retractaciones, pero es necesaria una automatización para hacer frente a la magnitud del problema.