Los recientes hallazgos a partir de las muestras lunares traídas por la misión china Chang'e-5 abren nuevas perspectivas sobre la historia de la Luna. En diciembre de 2020, la cápsula de retorno de esta misión aterrizó en Mongolia Interior, en China, trayendo a la Tierra 1,73 kilogramos de rocas y polvo recogidos en el Oceanus Procellarum, o el Océano de las Tormentas, una vasta región oscura visible en el borde occidental de la Luna.
Imagen de electrones retrodispersados (ESB) del fragmento de sílice contenente seifertita y stishovita en la muestra de regolito CE-5 01GP. Geophys. Res. Lett. 49 (12), e2022GL098722 (2022). Derechos de autor 2022 John Wiley & Sons.
El análisis de estas muestras ha permitido el descubrimiento de un nuevo mineral, denominado changesite-(Y) por los investigadores. Este descubrimiento marca la identificación del sexto nuevo mineral lunar encontrado hasta la fecha.
La presencia de changesite-(Y) sugiere que se formó como resultado del impacto de un asteroide, un evento capaz de modificar la composición de la capa superficial de roca y polvo lunar, denominada regolito. Los modelos informáticos estiman que este impacto pudo haber creado un cráter de 3 a 32 kilómetros de ancho, dependiendo del ángulo de impacto.
Fotografía desde la órbita del aterrizador de Chang'e 5 posado en la superficie de la Luna tomada por el orbitador LRO de la NASA.
Las muestras traídas por Chang'e-5 también revelan una combinación de minerales silicatados conocidos, en particular la seifertita y la stishovite. Estos minerales, depositados por la colisión que formó el cráter Aristarco, son de particular interés para los científicos que buscan entender su formación y estabilidad bajo las altas presiones generadas por impactos de asteroides. La presencia simultánea de seifertita y stishovite en las muestras es considerada como una combinación enigmática, ya que estos minerales deberían coexistir solo bajo presiones mucho mayores a las observadas.
El estudio de estas muestras lunares no se limita al descubrimiento de nuevos minerales. También ofrece pistas valiosas sobre la tumultuosa historia geológica de la Luna, marcada por innumerables impactos de asteroides. Esta investigación contribuye a enriquecer nuestra comprensión de la evolución de la Luna y de los procesos geológicos que han moldeado su superficie.
China continuará explorando la Luna con su próxima misión, Chang'e-6, prevista para mayo, que intentará traer muestras desde el cuenca Polo Sur-Aitken, situada en la cara oculta de la Luna.