Nuestros compañeros caninos podrían compartir con nosotros ciertas fragilidades conductuales. Un estudio reciente se ha centrado en las relaciones que algunos perros mantienen con sus juguetes, revelando similitudes inquietantes con mecanismos observados en humanos.
Los investigadores identificaron los síntomas típicos de las adicciones conductuales humanas a partir de la literatura científica existente. Estas manifestaciones incluyen deseos irresistibles y una dificultad marcada para interrumpir o controlar un comportamiento particular. El equipo comparó luego estos criterios con las actitudes de 105 perros, todos descritos por sus dueños como particularmente motivados por el juego con juguetes. Cada animal pudo elegir su juguete preferido al comienzo de las pruebas.
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La muestra canina presentaba una diversidad interesante con edades que variaban de 12 meses a 10 años. Las razas más representadas fueron el Malinois (18 individuos), el border collie (9 individuos) y el Labrador retriever (9 individuos). Los científicos completaron sus observaciones con cuestionarios detallados sobre los comportamientos diarios de los perros hacia sus juguetes, permitiendo un análisis profundo de los hábitos de juego.
Los resultados pusieron en evidencia que 33 perros manifestaban comportamientos que evocaban una adicción. Estos animales presentaban una fijación excesiva sobre su juguete, mostrando un desinterés por alternativas como la comida o las interacciones con su dueño. Cuando su juguete se volvía inaccesible, dedicaban esfuerzos persistentes para recuperarlo y tardaban más de 15 minutos en recuperar la calma después del retiro de todos los juguetes.
Los autores subrayan que estas observaciones abren perspectivas importantes para la comprensión del bienestar animal. Indican que son necesarias investigaciones adicionales para determinar las causas profundas de este compromiso excesivo hacia los juguetes y evaluar sus consecuencias potenciales sobre la calidad de vida de los perros concernidos.
Las adicciones conductuales en los animales
Las adicciones conductuales no se limitan a la especie humana. En los animales domésticos, estos trastornos se manifiestan por comportamientos repetitivos y compulsivos que perturban el funcionamiento normal del individuo. Al contrario de las dependencias ligadas a sustancias, estas adicciones se basan en actividades que activan los circuitos de recompensa del cerebro.
Los mecanismos neurológicos subyacentes implican el sistema dopaminérgico, responsable de la sensación de placer. Cuando un comportamiento procura una satisfacción intensa, el cerebro puede llegar a buscarlo de manera excesiva, en detrimento de otras actividades esenciales. Esta búsqueda compulsiva persiste incluso cuando el comportamiento ya no aporta beneficio aparente.
En el perro, estas manifestaciones pueden tomar diversas formas: juego obsesivo con objetos, persecución incesante de la cola, o lamido excesivo. El reconocimiento de estos trastornos permite una mejor atención de los animales concernidos y una mejora de su calidad de vida.
Los dueños pueden observar ciertos signos de alerta como la dificultad para desviar la atención del animal de su actividad favorita, o su agitación cuando se le impide realizarla. Una intervención precoz puede ayudar a reequilibrar estos comportamientos problemáticos.