¡Photobombas: cuando los asteroides se toman selfies con el JWST! ðŸ”
Publicado por Adrien, Fuente: CEA IRFU Otros Idiomas: FR, EN, DE, PT
Mientras el JWST observaba TRAPPIST-1, el sistema con siete exoplanetas, un equipo internacional de investigadores, que incluye al Departamento de AstrofÃsica del CEA Paris-Saclay, se dio cuenta de que pasajeros celestes entraban regularmente en el campo de visión.
Gracias a este nuevo enfoque, los investigadores ahora pueden detectar asteroides de tan solo 10 metros de diámetro, abriendo el camino para una exploración profunda de los pequeños objetos del sistema solar. Este avance es crucial para comprender mejor la historia del sistema solar y para mejorar el seguimiento de asteroides potencialmente peligrosos, fortaleciendo asà la seguridad planetaria.
La observación de asteroides del cinturón principal, una búsqueda difÃcil
El asteroide que causó la extinción de los dinosaurios medÃa aproximadamente 10 kilómetros de diámetro, equivalente al ancho de Brooklyn. Un impactador de este tipo golpea la Tierra muy raramente, con una frecuencia estimada entre una vez cada 100 y 500 millones de años. Por otro lado, asteroides mucho más pequeños, comparables al tamaño de un autobús, pueden impactar la Tierra con mucha más frecuencia, cada pocos años, ya que son mucho más numerosos (ver Figura 1).
Estos asteroides provienen principalmente del cinturón principal, ubicado entre Marte y Júpiter, donde orbitan millones de cuerpos celestes. Catalogar estos asteroides es fundamental, tanto para la investigación cientÃfica —para dilucidar los orÃgenes y la evolución del sistema solar— como para la seguridad planetaria —identificando los asteroides cercanos a la Tierra, cuyas órbitas cruzan la de nuestro planeta y podrÃan representar una amenaza.
Sin embargo, hasta hace poco, los instrumentos disponibles solo permitÃan detectar en el cinturón principal asteroides de al menos un kilómetro de diámetro. Este lÃmite es ampliamente insuficiente, dado que la mayorÃa de los asteroides en esta región son mucho más pequeños. Además, estos asteroides pequeños tienen una mayor probabilidad de abandonar el cinturón principal y convertirse en objetos cercanos a la Tierra, aumentando asà el riesgo de causar daños significativos en nuestro planeta. Una mejor capacidad para detectar estos cuerpos pequeños es, por lo tanto, crucial para abordar estos desafÃos.
Para cubrir un perÃodo orbital completo de los planetas b y c (1,5 dÃas y 2,42 dÃas, respectivamente), las observaciones se extendieron durante aproximadamente 60 horas, constituyendo asà el programa de observación continua de una estrella más largo realizado por el JWST para el estudio de exoplanetas, explica Elsa Ducrot, investigadora del Departamento de AstrofÃsica del CEA, co-lÃder de este programa de observación y coautora de este estudio.
Durante el análisis de estas observaciones, un equipo de investigación internacional, dirigido por el Massachusetts Institute of Technology (MIT, EE. UU.) e incluyendo al DAp, se dio cuenta de que estaban contaminadas por asteroides que cruzaban el campo de visión (ver figura 2a). Aunque el campo es muy pequeño (56,3" × 56,3"), muchos asteroides aparecen regularmente, ya que TRAPPIST-1 está situado en el plano de la eclÃptica, donde se encuentran los objetos del sistema solar, especialmente los del cinturón principal.
"Para la mayorÃa de los astrónomos, los asteroides son considerados molestias en el cielo: cruzan el campo de visión y perturban los datos", señala Julien de Wit, coautor principal de este estudio e investigador del MIT.
Al procesar más de 10,000 imágenes del sistema TRAPPIST-1 tomadas por el JWST, el equipo identificó ocho asteroides ya catalogados en el cinturón principal. Al profundizar en el análisis de los datos, lograron detectar 138 nuevos asteroides, todos con un diámetro de unas pocas decenas de metros (ver figura 2b). Estos objetos constituyen los asteroides más pequeños jamás observados en esta región hasta la fecha, permitiendo asà explorar una nueva población de asteroides (ver figura 3).
"Es una región completamente nueva del espacio que estamos explorando gracias a las tecnologÃas modernas", añade Artem Burdanov, autor principal del estudio e investigador del MIT. "Es un excelente ejemplo de lo que podemos lograr al analizar los datos de manera diferente. A veces, los resultados superan nuestras expectativas, y este es el caso aquÃ."
"Ya hemos podido detectar objetos cercanos a la Tierra de hasta 10 metros cuando estaban muy cerca de nosotros", explica Artem Burdanov. "Ahora tenemos una forma de detectar estos pequeños asteroides mucho más lejos, lo que nos permite realizar un seguimiento orbital más preciso, esencial para la defensa planetaria."