🥱 ¿Por qué bostezamos y es realmente contagioso?

Publicado por Adrien,
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¿Por qué bostezamos? El bostezo es un gesto universal. Todo el mundo bosteza, desde el bebé que aún está en el vientre de su madre hasta las personas mayores. Sin embargo, se desconocen las razones exactas de este reflejo. ¿Es solo porque estamos cansados, o este movimiento tiene una utilidad particular? ¿Y por qué, cuando vemos a alguien bostezar, inmediatamente sentimos la tentación de hacer lo mismo?

El misterio del bostezo


Un bostezo es una gran inspiración seguida de una espiración más lenta, acompañada de un estiramiento del rostro y a menudo del cuerpo. Se encuentra en muchos animales, lo que sugiere que se trata de un mecanismo antiguo, conservado a lo largo de la evolución.


Los científicos han pensado durante mucho tiempo que el bostezo servía para oxigenar el cerebro. Pero esta idea no está realmente confirmada: no bostezamos más cuando el aire es pobre en oxígeno. Otra hipótesis, más reciente, sugiere que bostezar ayuda a regular la temperatura del cerebro. Al inspirar una gran bocanada de aire más fresco y estirar la mandíbula, se favorecería una circulación aumentada que permitiría "refrescar" ligeramente la cabeza. Esto explicaría por qué a menudo bostezamos durante transiciones, por ejemplo cuando pasamos del estado de vigilia al sueño.

También es posible que el bostezo juegue un papel en la vigilancia. En lugar de adormecernos, podría ser una forma de que el cerebro se despierte un poco, como un pequeño reinicio cuando estamos cansados o distraídos.

El bostezo contagioso


Queda uno de los aspectos más sorprendentes: el bostezo es contagioso. Basta con ver a alguien bostezar, oírlo o incluso simplemente pensar en ello, y quizás incluso estar leyendo estas líneas para tener ganas de hacerlo a su vez. Este fenómeno aún no está totalmente explicado, pero estaría relacionado con la empatía y las neuronas espejo, esas células del cerebro que nos impulsan a imitar a los demás para comprenderlos mejor.


Imagen Wikimedia

Esta contagiosidad no es exclusivamente humana: también existe en algunos animales sociales, como los chimpancés, los perros o incluso los leones. Esto sugiere que no se trata de una casualidad, sino quizás de una herramienta de cohesión social. Compartir un bostezo sería inconscientemente sincronizar un estado de vigilancia o de descanso dentro de un grupo.

En resumen, bostezar no es solo un signo de fatiga. Es un reflejo complejo, que mezcla fisiología y psicología. ¡Y si has tenido ganas de bostezar al leer este artículo... es la prueba de que el bostezo contagioso funciona muy bien!
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