El permafrost, esa capa de suelo congelada permanentemente, pronto podría alimentar un peligro inesperado. Incendios violentos, en regiones donde el fuego parecía casi ausente, amenazan con devastar el Ártico.
Para el 2100, una ola de incendios podría encender las regiones árticas y subárcticas. Una situación inédita, estudiada por climatólogos que utilizan modelos avanzados.
Estas investigaciones, publicadas en
Nature Communications, revelan que el deshielo del permafrost agrava el calentamiento global. De hecho, este fenómeno provoca una caída brusca de la humedad en los suelos y seca la atmósfera. Resultado: condiciones ideales para la propagación del fuego.
Los científicos utilizaron el Community Earth System Model para simular la evolución del Ártico. Integraron datos de 1850 a 2100, teniendo en cuenta un escenario en el que las emisiones de gases de efecto invernadero continuarían aumentando.
Los resultados indican que, en la segunda mitad del siglo, podría producirse un aumento repentino de los incendios forestales. En solo unos pocos años, una transformación radical de los paisajes árticos es posible. El deshielo del permafrost podría liberar cantidades masivas de CO2, aumentando así el calentamiento global. Estos incendios alimentarían un círculo vicioso climático, creando nuevas condiciones favorables a su propia proliferación.
Los ecosistemas frágiles del Ártico son particularmente vulnerables a estos incendios, lo que podría perturbar los equilibrios naturales. La vegetación y los suelos, hasta ahora congelados, servían como reservorios de carbono, manteniendo el equilibrio climático global.
Los investigadores subrayan la importancia de tomar medidas inmediatas para monitorear estos cambios. La adopción de estrategias de gestión adaptadas sería esencial para mitigar los impactos futuros. Las consecuencias podrían ser devastadoras, no solo para el Ártico, sino para el clima global. Estas previsiones preocupan a los expertos, quienes llaman a realizar acciones preventivas antes de que la situación se vuelva irreversible.
¿Qué es el permafrost y por qué es importante para el clima?
El permafrost es una capa de suelo o roca que permanece congelada durante al menos dos años consecutivos. Presente principalmente en las regiones polares, cubre cerca del 24% del hemisferio norte. Esta capa está permanentemente congelada, atrapando carbono, metano y materia orgánica en el suelo.
Cuando el permafrost se derrite debido al calentamiento global, los materiales orgánicos atrapados en el suelo se descomponen, liberando CO2 y metano. Este fenómeno crea un efecto invernadero reforzado, aumentando la temperatura local y secando los suelos. La sequía, combinada con el calentamiento atmosférico, favorece la aparición de incendios de gran magnitud en regiones hasta entonces muy húmedas.