Afortunadamente, para aquellos que alguna vez han tragado un chicle, no se necesitan siete años para que sea evacuado. Julia Zumpano, dietista en el Cleveland Clinic's Center for Human Nutrition en Ohio, explica que el chicle lleva aproximadamente 40 horas en atravesar nuestro sistema digestivo, al igual que otros alimentos.
Sin embargo, nuestro cuerpo no digiere realmente el chicle. La Dra. Nancy McGreal, gastroenteróloga en el Duke University Medical Center, precisa que nuestro cuerpo no dispone de las enzimas necesarias para descomponer algunos componentes del chicle. Este atraviesa nuestro sistema intestinal intacto.
Incluso sucede que los médicos encuentran chicles tragados durante procedimientos como colonoscopias. Pero estos chicles fueron tragados recientemente, y no hace varios años, tranquiliza McGreal. El chicle está compuesto por sustancias como resinas y emulsionantes que nuestro cuerpo no puede digerir.
La ingestión de pequeñas cantidades de chicle generalmente no presenta riesgos. El Illinois Poison Control subraya que pequeñas cantidades no causan problemas mayores, pero cantidades importantes pueden llevar a trastornos digestivos como vómitos o dolores abdominales.
Además, tragar grandes cantidades de chicle puede, en raros casos, causar obstrucciones intestinales. Un artículo de 1998 en la revista Pediatrics reporta casos de obstrucción en niños tras la ingestión de chicle. Los adultos también pueden verse afectados, como muestra un informe de 2020 que describe a una mujer que tragó 25 chicles al día durante tres años, lo que llevó a una acumulación de 30 chicles en su ciego.
Finalmente, el sorbitol, un edulcorante presente en los chicles sin azúcar, puede causar trastornos digestivos como diarrea al atraer agua hacia los intestinos. McGreal recuerda a un paciente con diarreas inexplicables, que finalmente se atribuyeron a su consumo excesivo de chicle sin azúcar.