La visión de todo el espectro visible sigue siendo un misterio para cerca de 300 millones de personas en el mundo. Los hombres están significativamente más afectados que las mujeres por este trastorno, una disparidad que intriga.
Los conos, esas células situadas en el fondo del ojo, desempeñan un papel clave en la percepción de los colores. Existen tres tipos, cada uno sensible a una longitud de onda específica: rojo, verde y azul. Un mal funcionamiento o la ausencia de estos conos provoca una forma de daltonismo.
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El daltonismo rojo-verde es la forma más común, resultado de la ausencia o mal funcionamiento de los conos sensibles a estos colores. Menos frecuente, el daltonismo azul-amarillo afecta a los conos azules. Los casos de ceguera total a los colores son extremadamente raros.
La predominancia masculina del daltonismo se explica por la genética. Los genes responsables de las proteínas sensibles a la luz en los conos se encuentran en el cromosoma X. Los hombres, con un solo cromosoma X, no tienen una copia de respaldo en caso de mutación.
Las mujeres, con dos cromosomas X, a menudo cuentan con una copia funcional que compensa una posible mutación. Esto reduce considerablemente su riesgo de daltonismo, aunque pueden transmitir los genes defectuosos.
Investigaciones prometedoras exploran terapias génicas para restaurar la visión de los colores. Utilizando virus inofensivos para introducir genes funcionales, estos métodos ya han mostrado resultados alentadores en animales.