Un estudio publicado en
Nature alerta sobre la aceleración de cambios abruptos en la Antártida, susceptibles de provocar transformaciones ambientales globales. Banquisa antártica en caída libre, ralentización de la circulación oceánica, inestabilidad de los mantos de hielo, impactos biológicos devastadores: estas consecuencias mundiales alarmantes podrían volverse irreversibles.
Dirigida por científicos internacionales con la contribución del
Laboratorio de Oceanografía y del Clima: Experimentaciones y Enfoques Numéricos (LOCEAN), esta investigación subraya la urgencia de reducir las emisiones de CO₂ para evitar impactos climáticos catastróficos.
Publicada en la revista
Nature, este estudio de síntesis moviliza datos de observación, modelizaciones pasadas y futuras para establecer un balance contundente: la Antártida está sufriendo una serie de cambios rápidos e interconectados. Estas transformaciones, a veces autoamplificadas, marcan la entrada en un nuevo régimen climático en el polo Sur.
Banquisa, mantos de hielo, circulación oceánica: cambios ya iniciados
Durante la última década, la extensión de la banquisa que rodea la Antártida ha caído de forma espectacular, alcanzando en julio de 2023 más de 7 desviaciones estándar por debajo de la media climatológica 1981-2010. Se trata de una desviación estadística extrema nunca observada en tres siglos, sugiriendo que un cambio de régimen fundamental está en curso. Al contrario que el hielo marino ártico, el declive de la banquisa antártica podría continuar incluso después de una estabilización del clima.
Paralelamente, la circulación oceánica antártica, que es un sistema crucial de corrientes que transporta calor, carbono y nutrientes, ya muestra signos significativos de ralentización del 30 % en ciertas regiones desde los años 1990. Los modelos sugieren que esta desaceleración podría continuar en las décadas venideras, con implicaciones mayores para el clima mundial y el ciclo del carbono.
Finalmente, los investigadores subrayan que zonas importantes del manto de hielo de la Antártida occidental podrían haber superado ya un umbral de inestabilidad. Una fusión irreversible podría desencadenarse incluso en los escenarios de reducción óptima de las emisiones de CO₂ con consecuencias graves para la elevación del nivel del mar mundial.
Ecosistemas trastornados y fragilizados
Los ecosistemas antárticos están sufriendo transformaciones rápidas debidas a los cambios de hábitat y al sobrepasamiento de los umbrales fisiológicos. Desde 2016, cerca de 30 colonias de pingüinos emperador (de 60 colonias) han experimentado fracasos de reproducción parciales o completos debido a la desaparición precoz de la banquisa costera.
En el océano Austral, el calentamiento y la acidificación amenazan a otras especies marinas de la Antártida incluyendo el fitoplancton, con un papel clave en el funcionamiento del ecosistema. Su declive del 18 % en 26 años afecta la supervivencia del kril y otras especies clave y reduce el sumidero de carbono oceánico.
Limitar los daños, adaptarse: una urgencia global
Esta investigación subraya la urgencia de reducir rápida y profundamente las emisiones de CO₂ esta década y alcanzar un nivel 0 de emisiones netas este siglo. Incluso con estas medidas, algunos cambios podrían ser inevitables, lo que requiere incluir los impactos de los cambios antárticos en las estrategias de adaptación mundial.