🌍 Las emisiones de gases de efecto invernadero se dispararon en 2024

Publicado por Adrien,
Fuente: World Meteorological Organization
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La atmósfera terrestre experimentó en 2024 un aumento sin precedentes de dióxido de carbono (CO₂), un gas que contribuye al calentamiento de nuestro planeta.

Los científicos midieron un aumento de 3,5 partes por millón (ppm) de CO₂ en el aire entre 2023 y 2024, lo que representa el mayor incremento anual desde el inicio de los registros modernos en 1957. Esta concentración total alcanza ahora aproximadamente 423,9 ppm, es decir, un 152 % más que antes de la era industrial. Las causas principales incluyen la combustión persistente de energías fósiles por parte de la humanidad, un recrudecimiento de los incendios forestales y una disminución de la absorción por parte de los sumideros de carbono naturales como los océanos y los bosques. Estos últimos, que normalmente capturan una parte del CO₂, parecen menos eficaces, agravando la situación.


Imagen de ilustración Pixabay

El CO₂ es el principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático, representando aproximadamente el 80 % del efecto de calentamiento desde 1990, según la Agencia estadounidense de observación oceánica y atmosférica. Al atrapar el calor solar, eleva las temperaturas medias mundiales, lo que modifica los regímenes meteorológicos, hace subir el nivel del mar y amenaza la seguridad alimentaria y económica de miles de millones de personas. Ko Barrett, secretaria general adjunta de la Organización Meteorológica Mundial, subrayó que reducir las emisiones es vital para la estabilidad climática y el bienestar de las comunidades.

Las emisiones de gases de efecto invernadero varían considerablemente según los países. En 2024, China era el mayor emisor, responsable de aproximadamente el 29,2 % de las emisiones mundiales, seguida de Estados Unidos con un 11,1 % y de India con un 8,2 %. Mientras que China e India aumentaron sus emisiones respecto a 2023, las de Estados Unidos se mantuvieron estables. Sin embargo, iniciativas como el Acuerdo de París buscan limitar estas emisiones, pero acciones políticas, como la retirada repetida de Estados Unidos de este acuerdo, complican los esfuerzos mundiales. El proyecto Climate Action Tracker estima que ni China ni Estados Unidos hacen lo suficiente, clasificándolos respectivamente como "muy insuficientes" y "críticamente insuficientes".

Además del CO₂, otros gases como el metano (CH₄) y el protóxido de nitrógeno (N₂O) también alcanzaron niveles récord en 2024, con aumentos del 166 % y 25 % respecto a las épocas preindustriales. Estos incrementos se explican en parte por bucles de retroalimentación positiva: el calentamiento reduce la eficacia de los sumideros de carbono, como los océanos que absorben menos CO₂ en aguas más cálidas, acelerando así el cambio climático. Oksana Tarasova, una experta de la Organización Meteorológica Mundial, insistió en la necesidad de reforzar la vigilancia para comprender mejor estos mecanismos.

Frente a esta urgencia, las recomendaciones del informe incluyen una reducción drástica de las emisiones y una mejora de los sistemas de seguimiento. Las soluciones pasan por una transición energética hacia fuentes renovables y una mejor gestión de los recursos naturales. Sin una acción rápida, los impactos sobre los ecosistemas y las sociedades humanas podrían intensificarse, haciendo que cada año sea más crítico para el futuro del planeta.

Los sumideros de carbono naturales


Los sumideros de carbono son reservorios naturales, como los océanos y los bosques, que absorben y almacenan el dióxido de carbono de la atmósfera. Este proceso ayuda a regular el clima reduciendo la cantidad de CO₂ disponible para atrapar el calor. Por ejemplo, los árboles capturan el CO₂ durante la fotosíntesis, mientras que los océanos lo disuelven en el agua.

Sin embargo, la eficacia de estos sumideros está amenazada por el cambio climático. Con el aumento de las temperaturas, los océanos absorben menos CO₂ porque los gases se disuelven menos en el agua caliente. Además, la deforestación y la degradación de los ecosistemas reducen la capacidad de los bosques para actuar como esponjas de carbono.

Esta disminución crea un bucle de retroalimentación positiva: se absorbe menos CO₂, lo que acelera el calentamiento, que a su vez debilita aún más los sumideros. Estudios muestran que si esta tendencia continúa, hasta el 30 % de la absorción natural podría verse comprometida para finales de siglo.

Para contrarrestar esto, iniciativas de reforestación y protección de zonas marinas son esenciales. Al restaurar estos ecosistemas, podemos impulsar su capacidad para capturar carbono, ofreciendo una solución natural para mitigar los efectos del cambio climático.
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