🧬 Unos huesos de 3.700 años de antigüedad revelan el caso de incesto padre-hija más antiguo jamás documentado

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Communications Biology
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El análisis genético de unos huesos de 3.500 años de antigüedad, procedentes de una cueva de Calabria (Italia), ofrece revelaciones inesperadas sobre la vida íntima de una comunidad de la Edad del Bronce. Más allá de los parentescos esperados, los investigadores han descubierto la huella genética de una práctica social extremadamente rara, ofreciendo una instantánea inquietante y única de las relaciones humanas en esa época remota.

Los avances de la paleogenética permiten ahora leer, en el ADN antiguo, capítulos enteros de la historia humana. Un estudio reciente, publicado en Communications Biology, aplica estos métodos a un sitio funerario de la cueva della Monaca, en Italia. El objetivo inicial era comprender la composición y los orígenes de una pequeña comunidad montañosa de mediados del segundo milenio antes de nuestra era. El análisis minucioso de los genomas de catorce individuos superó las expectativas, revelando no solo una estructura familiar, sino también un caso singular que cuestiona las normas sociales prehistóricas.



Un caso de consanguinidad extrema revelado por la genética


Los investigadores identificaron varios vínculos de parentesco directo entre los difuntos, incluidos una madre y su hija. Sin embargo, la atención se centró en los restos de un niño preadolescente y de un hombre adulto inhumados cerca. Su perfil genético mostró una cantidad inusual de material genético idéntico, medida mediante largos segmentos de homocigosidad.

La longitud y la cantidad de estos segmentos son indicadores claros del grado de parentesco de los padres. En este individuo joven, estos valores alcanzaron un nivel récord en las bases de datos genómicas antiguas, señalando de manera indudable que sus progenitores eran familiares de primer grado.

Después de descartar otras posibilidades, como una unión entre hermanos, el equipo científico concluyó que la configuración genética correspondía a la de un niño nacido de un padre y de su propia hija. Los restos de la madre, probablemente la hija del hombre adulto, no se encontraron en el sitio, dejando una parte de la historia en la sombra.

Interpretaciones y límites de un descubrimiento arqueológico


Este descubrimiento constituye la prueba genética directa más antigua de dicha unión, superando en antigüedad a los casos conocidos entre las élites egipcias o ciertas poblaciones neandertales. El equipo buscó posibles anomalías genéticas en el niño, a menudo asociadas con una consanguinidad tan estrecha, pero no detectó ninguna.

El contexto arqueológico no permite determinar las razones de esta unión. La comunidad no parece haber estado aislada o ser lo suficientemente reducida como para justificar tal práctica por necesidad demográfica. La presencia del hombre adulto, único de su sexo en esta sepultura colectiva, podría indicar un estatus social particular, sin confirmar por ello ninguna condición de realeza.

Como explica Alissa Mittnik, coautora del estudio en Communications Biology, este caso podría reflejar comportamientos culturales específicos de este grupo, pero su significado profundo sigue siendo incierto. Destaca cómo la arqueogenética puede arrojar luz sobre comportamientos sociales que no dejan ningún otro rastro material.

Para profundizar: ¿Qué es un segmento de homocigosidad (ROH)?


Un segmento de homocigosidad (ROH) designa una secuencia de ADN en la que las dos copias de un gen, heredadas respectivamente de la madre y del padre, son genéticamente idénticas. Esta situación ocurre cuando ambos padres comparten un antepasado común relativamente reciente. Entonces transmiten a su hijo la misma versión genética para esa región específica del cromosoma, en lugar de versiones diferentes que normalmente se mezclarían.

La longitud de estos segmentos es un indicador valioso para los genetistas. Segmentos largos y numerosos sugieren un parentesco estrecho entre los padres, como un vínculo de primer grado (hermanos o padre-hijo). Por el contrario, en una población donde los matrimonios se realizan entre individuos sin parentesco conocido, los ROH suelen ser más cortos y menos frecuentes, porque la mezcla genética es mayor a lo largo de muchas generaciones.

El análisis de los ROH en los genomas antiguos permite así mapear la estructura de las poblaciones pasadas. Proporciona información sobre su tamaño efectivo, su grado de aislamiento y sus prácticas matrimoniales a lo largo de varios siglos. Es gracias a este método que los investigadores pudieron cuantificar de manera objetiva el nivel de consanguinidad excepcional en el niño de la Grotta della Monaca.