Esta pregunta, aparentemente simple, oculta un viaje complejo a través del tiempo, las rocas y las profundidades de nuestro planeta. ¿De dónde proviene toda esta sal y qué papel juega en el ecosistema marino y en nuestro clima global?
El agua de lluvia, ligeramente ácida debido al dióxido de carbono disuelto, erosiona las rocas en tierra, liberando iones como el sodio y el cloruro. Estos iones son transportados por los ríos y arroyos hasta el océano. Al llegar al océano, estos iones se acumulan porque, a diferencia de los ríos y lagos que se renuevan constantemente, el agua de los océanos solo se escapa principalmente por evaporación, dejando las sales.
Además de la erosión terrestre, los océanos reciben sales de fuentes submarinas. Las grietas hidrotermales en el fondo de los océanos liberan minerales disueltos. El agua de mar penetra en las fisuras del fondo oceánico, se calienta por el magma y reacciona químicamente con las rocas circundantes, luego asciende cargada de minerales como el hierro, el zinc y el cobre (USGS.gov). Además, los volcanes submarinos y los domos de sal también añaden sales al océano.
Los lagos y ríos también contienen sales disueltas, pero en concentraciones mucho más bajas. Esto se debe a que el agua dulce se renueva constantemente por las precipitaciones y el escorrentía, lo que impide la acumulación de sales como en los océanos. Sin embargo, algunos lagos, como el Mar Muerto y el Gran Lago Salado, son extremadamente salados porque no tienen desagües y pierden agua solo por evaporación, lo que concentra las sales.
La salinidad juega un papel crucial en la regulación de las corrientes oceánicas, que a su vez influyen en el clima mundial. Las corrientes marinas transportan nutrientes esenciales para la vida marina y ayudan a modular las temperaturas globales. La densidad del agua salada también contribuye a la circulación oceánica, afectando así los sistemas meteorológicos.
Al fin y al cabo, la salinidad del océano no es solo una característica interesante, sino que es esencial para la vida marina y la regulación del clima terrestre. Entender por qué el mar es salado nos ayuda a apreciar mejor las complejas interacciones entre la tierra, el agua y la atmósfera.