En Marte, los túneles de lava podrían contener los secretos de formas de vida antiguas. Estas cavidades subterráneas son tan impresionantes como inexploradas.
En la Tierra, las islas volcánicas como Lanzarote revelan el potencial de estas formaciones. Estos vastos túneles, nacidos de erupciones volcánicas, serpentean bajo la superficie basáltica, creando entornos únicos. La Cueva de los Verdes, uno de estos túneles, atrae a visitantes fascinados por los misterios geológicos que alberga.
Estos túneles se forman cuando la lava fundida fluye bajo una corteza solidificada. Una vez que la erupción termina, las cavidades resultantes a menudo permanecen intactas. Estas estructuras a veces albergan ecosistemas únicos, como lo demuestran las investigaciones realizadas en los túneles de Lanzarote.
Recientemente, un equipo internacional de investigadores exploró seis de estos túneles para comprender mejor su composición mineralógica y biológica. Los análisis revelaron depósitos de sulfatos de calcio y sodio, indicadores sólidos de actividad microbiana pasada. Estas biofirmas aportan información importante sobre los ambientes antiguos.
La revista
Communications Earth and Environment informa que estos entornos protegen eficazmente los minerales y los compuestos orgánicos. Las condiciones subterráneas preservan la materia orgánica de las inclemencias climáticas y las radiaciones, un fenómeno comparable a lo que podría suceder en Marte.
Marte también presenta numerosos túneles de lava similares. Estas estructuras, protegidas de las temperaturas extremas y las radiaciones solares, podrían ser refugios para posibles rastros de vida. Los minerales ricos en sulfatos identificados en las cavidades terrestres sugieren que procesos similares podrían haber ocurrido allí.
Para los astrobiólogos, estos resultados son particularmente prometedores. Sugieren que la exploración de los túneles de lava marcianos debería convertirse en una prioridad para las futuras misiones.
Más allá de Marte, estas investigaciones abren la puerta a la exploración de otros cuerpos celestes. Si túneles similares existen en otros lugares, ellos también podrían albergar biofirmas o pruebas de vida pasada. La búsqueda para comprender nuestras raíces galácticas mira decididamente hacia las profundidades subterráneas.