¿Podría la cafeína ofrecer protección contra la enfermedad de Alzheimer? Eso sugieren investigadores del Inserm, del CHU de Lille y de la Universidad de Lille. Su reciente estudio, publicado en
Brain, ha revelado mecanismos potenciales por los cuales la cafeína podría ralentizar la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa.
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La enfermedad de Alzheimer afecta a aproximadamente 900,000 personas en Francia. Actualmente incurable, se caracteriza por una degeneración progresiva de las neuronas y una pérdida de sinapsis, esenciales para la comunicación entre las células nerviosas. Estudios anteriores ya habían asociado el consumo moderado de cafeína (de dos a cuatro tazas de café al día) con una desaceleración del declive cognitivo relacionado con el envejecimiento y una reducción del riesgo de desarrollar Alzheimer.
Los investigadores de Lille han estudiado el impacto de la desregulación de los receptores adenosinérgicos A2A en el cerebro de los enfermos. Estos receptores, cuando se sobreactivan, favorecen la pérdida de sinapsis en el hipocampo, una región clave para la memoria. Al reproducir este fenómeno en ratones, los científicos pudieron observar un aumento de los trastornos de la memoria.
Según Émilie Faivre, investigadora del centro de investigación Lille Neuroscience et Cognition, el aumento de los receptores A2A modifica la relación entre las neuronas y las células microgliales. Esta perturbación podría provocar una cascada de efectos que resulten en trastornos de la memoria. Estos resultados refuerzan el interés de probar tratamientos que apunten a estos receptores.
David Blum, director de investigación en el Inserm y coautor del estudio, explica que la cafeína podría bloquear estos receptores A2A. De hecho, trabajos anteriores ya habían mostrado que la cafeína podía reducir los trastornos cognitivos en ratones con la enfermedad de Alzheimer. Esta hipótesis se está probando actualmente en un ensayo clínico de fase 3, llevado a cabo por el CHU de Lille. Este ensayo evalúa el efecto de 400 mg de cafeína al día en pacientes con formas tempranas a moderadas de la enfermedad.
Los resultados de este ensayo, esperados para 2026, podrían abrir el camino a nuevos tratamientos preventivos o terapéuticos a base de cafeína. Mientras tanto, los investigadores recomiendan consumir café o té, ya que la teína y la cafeína son la misma molécula.