Un grupo de investigadores, liderado por Alexey Mishonov de la Universidad de Maryland, ha revelado en un estudio reciente una desaceleración significativa de una importante circulación oceánica. Este hallazgo podría tener repercusiones mayores en el clima mundial.
Esquema de la circulación de superficie del Océano Atlántico Norte. En rojo las corrientes cálidas, en azul las corrientes frías. Los cuadros blancos numerados del 1 al 5 indican cinco áreas de análisis donde la temperatura, la salinidad y las velocidades de las corrientes han evolucionado significativamente. Crédito: Frontiers in Marine Science (2024).
En su estudio, publicado en Frontiers in Marine Science, los científicos han analizado datos que abarcan varias décadas, proporcionados por el Atlas Mundial de los Océanos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Estos datos se refieren a la Circulación Meridiana de Retorno Atlántico (AMOC), un sistema de corrientes, incluyendo la Corriente del Golfo, esencial para la redistribución del calor en los océanos.
Su investigación muestra que hasta 1994, la AMOC permaneció estable, pero comenzó a debilitarse a mediados de los 90. Esta disminución en la velocidad se atribuye al continuo calentamiento de la superficie de los océanos y a los cambios de salinidad en sus capas superiores. Una desaceleración de la AMOC significa una reducción de los intercambios térmicos entre los océanos y la atmósfera, lo que puede provocar un calentamiento de las regiones cálidas y un enfriamiento de las zonas frías, con impactos potenciales en el clima global, la elevación del nivel del mar y los ecosistemas marinos.
Este estudio destaca la importancia de la AMOC en la regulación del clima de la Tierra. Aunque el escenario catastrófico descrito en la película "El día después de mañana", con una parada abrupta de las corrientes oceánicas, es considerado pura ficción por la comunidad científica, los autores del estudio enfatizan que las consecuencias de una desaceleración significativa de la AMOC podrían ser significativas e impredecibles.
El análisis de los datos del Atlántico Norte también revela una variabilidad climática regional compleja, con temperaturas y salinidades cambiantes a lo largo de las décadas, subrayando la importancia de una comprensión profunda de estas dinámicas para predecir el futuro del clima.
El equipo de investigación planea extender su estudio a otras regiones de los océanos mundiales para comprender mejor las variaciones de temperatura y salinidad a largo plazo y su impacto en las corrientes oceánicas.