El centro galáctico esconderÃa una población insospechada de agujeros negros estelares, mucho más densa de lo previsto. Un estudio reciente propone un mecanismo inédito que explica su acumulación y sus efectos destructivos sobre las estrellas circundantes.
Esta región, dominada por el agujero negro supermasivo Sagitario A* (Sgr A*), es escenario de fenómenos extremos. Oculta tras nubes de polvo, solo revela sus secretos mediante observaciones en infrarrojo y ondas de radio. Las nuevas modelizaciones publicadas en
Astronomy & Astrophysics sugieren un escenario de "trituración estelar" alimentado por millones de agujeros negros.
Un ecosistema galáctico violento
La proximidad de Sgr A* crea condiciones únicas donde el gas y el polvo alcanzan densidades excepcionales. Esta concentración permite la rápida formación de estrellas masivas de tipos O y B, verdaderos gigantes con un destino trágico. Su corta existencia, inferior a 5 millones de años para las más masivas, alimenta un ciclo infernal de creación y destrucción.
El modelo revela que cada generación estelar deja tras de sà una cohorte de agujeros negros estelares. Estos vestigios gravitacionales, acumulados durante miles de millones de años, acabarÃan dominando la dinámica local. Su presencia masiva acelerarÃa las interacciones violentas, desgarrando las estrellas supervivientes y liberando materia para nuevos ciclos de formación estelar.
Esta "máquina trituradora" cósmica alcanzarÃa una eficiencia temible cerca del núcleo galáctico. Los cálculos muestran que la probabilidad de colisión entre estrellas y agujeros negros serÃa 1000 veces mayor que en otras partes de la VÃa Láctea. Un entorno asà explicarÃa por qué solo las estrellas B, menos masivas y más resistentes, logran sobrevivir duraderamente en esta zona hostil.
Pruebas indirectas e implicaciones
Las estrellas masivas de tipo O, gigantes 20 a 100 veces mayores que nuestro Sol, son mucho más vulnerables a los agujeros negros que sus primas más pequeñas. Es como si tuvieras más probabilidades de pisar un gran charco que una pequeña gota: su tamaño imponente las expone más a las fuerzas destructivas.
Cuando estas estrellas gigantes se acercan demasiado a un agujero negro, sufren lo que se llama "espaguetificación": estiradas como un elástico por la intensa gravedad hasta desgarrarse por completo. Las estrellas de tipo B, más compactas (solo 2 a 16 veces el tamaño del Sol), resisten mejor estas fuerzas extremas.
Esta teorÃa resuelve dos enigmas: la ausencia de estrellas O cerca del centro galáctico y la existencia de estrellas "hiperveloces". Cuando una estrella B sobrevive a un encuentro cercano con dos agujeros negros, puede ser catapultada a velocidades fenomenales, como una piedra lanzada por una honda cósmica, lo bastante rápido para escapar de la VÃa Láctea.