La ciencia climática ha dado un nuevo paso con un estudio reciente que analiza las esponjas del mar Caribe para entender mejor la evolución de las temperaturas globales desde la era industrial. Esta investigación, publicada a principios de febrero en la revista Nature Climate Change, sugiere que el umbral crítico de calentamiento de 2°C podría alcanzarse para finales de la década de 2020, revisando así las proyecciones actuales por casi dos décadas.
Datos obtenidos del Conjunto de Datos Completos Internacional Océano-Atmósfera para cada período de 20 años desde 1860. El coloreado indica el porcentaje de meses con al menos una medición en una superficie de 2° de latitud por 2° de longitud. Note las observaciones muy escasas, especialmente de las regiones ENSO críticas en el centro del océano Pacífico de 1860 a 1899, con aún pocas observaciones para los océanos del Sur hasta 1980.
Los científicos, al examinar una especie de esponja, Ceratoporella nicholsoni[//i], conocida por su exoesqueleto duro como roca y su longevidad milenaria, descubrieron registros de temperaturas marinas que se extienden por 300 años. Estas esponjas, al incorporar estroncio y carbonato de calcio del agua de mar, modifican la proporción de estroncio a calcio en su esqueleto en función de la temperatura del océano. Este método, similar a la lectura de los anillos de un árbol, ha permitido producir un histórico de temperaturas, sugiriendo que el calentamiento comenzó ya en las décadas de 1860, cuarenta años antes de lo estimado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Esta revelación ha generado un intenso debate entre la comunidad científica, con algunos expertos criticando el método y las conclusiones del estudio. Los escépticos señalan la hipótesis de que las temperaturas registradas por las esponjas provendrían de profundidades principalmente afectadas por el calentamiento solar, sin tener en cuenta la mezcla compleja de los océanos, que varía considerablemente en temperatura.
A pesar de las controversias, esta investigación subraya la urgencia de actuar frente al calentamiento global. De hecho, superar el umbral de 2°C se considera crítico, ya que podría provocar cambios climáticos devastadores e irreversibles. Este hallazgo refuerza la necesidad de acelerar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global, conforme al Acuerdo de París de 2015.
Este estudio destaca el desafío que representa determinar una línea de base preindustrial precisa, crucial para medir la magnitud del calentamiento global postindustrial. También contribuye a enriquecer el rompecabezas climático mundial, ofreciendo una perspectiva única sobre la evolución de las temperaturas oceánicas y destacando la importancia de diversificar las fuentes de información climática.