Un proyecto inesperado podría ralentizar el deshielo del hielo marino ártico. Una joven start-up británica intenta un enfoque simple pero innovador: regar el hielo marino con agua de mar para engrosar la capa de hielo.
Los primeros ensayos realizados en el norte de Canadá muestran resultados sorprendentes. El grosor del hielo ha aumentado 50 centímetros en unos pocos meses.
El proyecto está dirigido por Real Ice, una empresa especializada en geoingeniería. ¿Su técnica? Utilizar agua de mar para reforzar la capa de hielo. El funcionamiento del proyecto para re-congelar el hielo marino se basa en una estrategia minuciosamente orquestada, adaptada a las variaciones estacionales e implicando dos técnicas complementarias: el vertido de agua de mar y el uso de aerosoles. Este enfoque está diseñado para optimizar el engrosamiento del hielo marino teniendo en cuenta las condiciones climáticas fluctuantes. El proceso es el siguiente:
En invierno, cuando las temperaturas descienden de manera significativa, el primer paso consiste en utilizar drones submarinos que perforan el hielo marino, bombean agua de mar y la vierten en la superficie. Este proceso explota el contraste térmico entre el agua y el aire frío. Al entrar en contacto con el aire glacial, el agua se congela rápidamente, permitiendo formar una capa adicional de hielo. Este fenómeno no solo contribuye a aumentar el grosor del hielo marino, sino también a mejorar su conductividad térmica, favoreciendo así la formación de hielo bajo la superficie. Cuanto más grueso sea el hielo al final del invierno, más probabilidades tiene de sobrevivir durante la temporada de deshielo.
En primavera y verano, cuando el hielo comienza a descongelarse, entra en juego otra técnica: el vertido de aerosoles. Estas partículas finas, compuestas de agua de mar pulverizada, son proyectadas en el aire con el fin de crear una capa protectora de nieve sobre el hielo marino. Esta cubierta de nieve actúa como un aislante, reduciendo el calentamiento del hielo subyacente al reflejar parte de las radiaciones solares. Además, esta capa contribuye a limitar la acumulación de agua de deshielo en la superficie, previniendo así un debilitamiento del hielo marino.
Este método ya ha sido probado en la isla Victoria, en Canadá. En colaboración con el Centre for Climate Repair de la Universidad de Cambridge, el equipo logró engrosar el hielo en 50 centímetros en solo cinco meses. Además, se observó una nueva formación de 25 centímetros de hielo debajo de la superficie del hielo marino.
Sin embargo, la implementación de esta solución a gran escala aún representa un desafío. El objetivo sería desplegar casi 500,000 drones submarinos para cubrir un millón de kilómetros cuadrados de hielo marino. El costo estimado alcanza los 6 mil millones de dólares por año.
A pesar del optimismo de los primeros experimentos, la comunidad científica se muestra cautelosa frente a los efectos imprevistos que podría tener esta intervención sobre el ecosistema ártico. Algunos expertos temen que la manipulación del hielo marino perturbe los hábitats de muchas especies como los osos polares o las focas, que dependen del hielo para alimentarse. Además, la recongelación artificial podría modificar las corrientes oceánicas, influyendo así en la circulación termohalina, esencial para la regulación climática global. El aumento de la salinidad y la adición de aerosoles en la superficie también podrían alterar los ecosistemas marinos y atmosféricos, requiriendo estudios profundos antes de una aplicación a gran escala.
Aunque este proyecto podría ralentizar el deshielo del hielo, no debe desviar la atención de los esfuerzos necesarios para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la verdadera causa del calentamiento global.
¿Qué es la geoingeniería?
La geoingeniería se refiere al conjunto de tecnologías destinadas a modificar artificialmente el clima para contrarrestar los efectos del calentamiento global. Estas técnicas incluyen proyectos como la recongelación del hielo marino o la gestión de la radiación solar.
Los proyectos de geoingeniería, como el de Real Ice, buscan intervenir directamente en los sistemas naturales para ralentizar o invertir procesos climáticos. Aunque prometedores, a menudo son controvertidos debido a los riesgos ecológicos y las incertidumbres sobre sus efectos a largo plazo.
¿Cómo influye la conductividad térmica en la formación de hielo?
La conductividad térmica mide la capacidad de un material para transmitir el calor. Cuanto más alta sea, más fácilmente circula el calor a través del material. En el caso del hielo marino, una mejor conductividad térmica permite que el aire frío alcance las capas profundas de hielo.
Cuando se bombea agua de mar en la superficie del hielo marino, esta se congela rápidamente. Al taponar las burbujas de aire presentes en la nieve, la conductividad térmica del hielo marino aumenta. Esto acelera la formación de nuevas capas de hielo debajo, reforzando así el hielo marino.
¿Por qué es esencial el hielo marino para el equilibrio climático?
El hielo marino juega un papel crucial en la regulación del clima mundial. Actúa como un espejo, reflejando gran parte de la radiación solar hacia el espacio gracias a su alto albedo. Menos radiación absorbida significa menos calentamiento.
Cuando el hielo marino se derrite, expone más el océano, que absorbe más calor. Esto acelera el calentamiento del Ártico, un fenómeno llamado amplificación polar. El deshielo también perturba las corrientes marinas y el ecosistema local, afectando la fauna y flora árticas.