En una ciudad donde los vientos apenas superan los 4 metros por segundo, producir energía eólica parece una misión imposible. Sin embargo, una colaboración británica promete transformar este desafío en una oportunidad gracias a una innovación impulsada por inteligencia artificial (IA).
Así, la Birmingham Blade, diseñada íntegramente por IA, rompe los esquemas tradicionales sobre la energía renovable en entornos urbanos. Sus palas compactas y ligeras, diseñadas para instalarse en los tejados de la ciudad, capturan de manera eficiente los vientos débiles mientras gestionan las turbulencias.
Detrás de este logro están EvoPhase, especialistas en diseño asistido por IA, y Kwik Fab, expertos en fabricación de precisión. Su enfoque se basa en la evolución natural: más de 2.000 diseños generados por IA y luego optimizados en cuestión de semanas, en contraste con los años que llevaría con métodos tradicionales.
El secreto radica en la geometría de las palas. Mediante algoritmos de aprendizaje, el ángulo y el perfil aerodinámico de las mismas se han perfeccionado para maximizar el rendimiento energético en un entorno urbano. El resultado: una eficiencia siete veces superior a la de las turbinas convencionales en condiciones similares.
Los vientos débiles y variables de Birmingham, antes incompatibles con la energía eólica, se convierten así en un recurso aprovechable. En efecto, con una velocidad media de 3,6 m/s, estas corrientes de aire solían ser insuficientes para los modelos convencionales que requieren al menos 10 m/s.
Un prototipo de la Birmingham Blade ya está en fase de prueba en los tejados de la ciudad. Su desempeño en condiciones reales será monitoreado durante seis meses antes de su comercialización, prevista para finales de 2025. El objetivo: hacer que la energía renovable esté al alcance de los centros urbanos densos.
Además de su eficiencia energética, esta innovación destaca por su bajo impacto sonoro, una ventaja para su integración en entornos urbanos. Las primeras estimaciones prometen una rápida adopción por parte de particulares, empresas y gobiernos locales que buscan reducir su huella de carbono.
El éxito del proyecto abre puertas a otras metrópolis. Ya se está trabajando en una adaptación para Edimburgo, donde las condiciones climáticas difieren de las de Birmingham.
Más allá de las energías renovables, la metodología desarrollada por EvoPhase se extiende a otros sectores, como la industria farmacéutica y alimentaria. Una prueba más de que la IA puede amplificar, si no superar, los límites del diseño humano.