¿Podría una bebida milenaria proteger nuestro cerebro de los efectos del envejecimiento? Un estudio japonés revela que el té verde, gracias a sus compuestos antioxidantes, podría reducir las lesiones cerebrales relacionadas con la edad.
El envejecimiento suele ir acompañado de cambios cerebrales, como la aparición de lesiones en la sustancia blanca, asociadas a un mayor riesgo de deterioro cognitivo. Investigadores de la Universidad de Kanazawa han explorado el papel del té verde en la prevención de estas anomalías. Sus resultados, publicados en
npj Science of Food, sugieren que esta bebida podría ofrecer una protección única.
Las lesiones de la sustancia blanca: un marcador del envejecimiento cerebral
La sustancia blanca, esencial para la comunicación entre las diferentes regiones del cerebro, suele dañarse con la edad. Estas lesiones, visibles mediante resonancia magnética, están relacionadas con trastornos cognitivos y enfermedades como la demencia. El estudio japonés analizó a cerca de 9.000 participantes de 65 años o más, revelando una correlación entre el consumo de té verde y una reducción de estas lesiones.
Las personas que bebían al menos tres tazas de té verde al día presentaban un volumen de lesiones un 3 % menor en comparación con quienes consumían menos. Esta cifra alcanzaba el 6 % en los grandes consumidores. Por el contrario, el café no mostró ningún efecto significativo sobre estas anomalías.
Las catequinas, compuestos protectores
El té verde contiene catequinas, moléculas con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estos compuestos, en particular la epigalocatequina galato, actúan sobre los vasos sanguíneos, reduciendo el estrés oxidativo y los daños cerebrales. Aunque el estudio no estableció un vínculo causal directo, estos mecanismos podrían explicar los beneficios observados.
Los investigadores destacan que estos efectos son más marcados en individuos sin depresión ni predisposición genética a la enfermedad de Alzheimer. Esto sugiere que los beneficios del té verde también dependen de factores individuales.
Una prevención para matizar
Aunque el té verde parece prometedor, no debe considerarse una solución milagrosa. Los autores recuerdan la importancia de un enfoque global para preservar la salud cerebral: una alimentación equilibrada, actividad física regular y seguimiento médico siguen siendo esenciales.
Se necesitan más estudios para confirmar estos resultados y explorar los mecanismos implicados. Mientras tanto, incorporar el té verde a la rutina diaria podría ser un gesto sencillo para proteger el cerebro del envejecimiento.
Para profundizar: ¿Qué es la sustancia blanca del cerebro?
La sustancia blanca es una parte esencial del cerebro, compuesta principalmente por fibras nerviosas recubiertas de mielina. Esta mielina, una vaina protectora, permite una transmisión rápida de las señales eléctricas entre las diferentes regiones cerebrales. Sin ella, la comunicación neuronal se ralentizaría o alteraría.
Con la edad, la sustancia blanca puede sufrir daños, a menudo relacionados con problemas vasculares. Estas lesiones, visibles mediante imágenes médicas, están asociadas a un mayor riesgo de trastornos cognitivos, como la demencia o la enfermedad de Alzheimer. Afectan la capacidad del cerebro para procesar la información de manera eficiente.
Las lesiones de la sustancia blanca suelen estar causadas por una mala irrigación sanguínea, debida a la hipertensión o a la aterosclerosis. Estas condiciones dañan los pequeños vasos sanguíneos que alimentan el cerebro, provocando microlesiones. El estrés oxidativo y la inflamación también desempeñan un papel en este proceso.
Preservar la salud de la sustancia blanca es, por tanto, esencial para mantener las funciones cognitivas. Hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada y actividad física regular, pueden ayudar a proteger esta estructura cerebral y reducir los riesgos de deterioro cognitivo.