Durante siglos, los marineros han descrito extensiones oceánicas que emiten un resplandor espectral, como bañadas por una claridad lunar inexistente. Estos "mares lechosos", tan raros como enigmáticos, podrían finalmente ser comprendidos gracias a un estudio reciente.
Investigadores de la Universidad Estatal de Colorado han compilado la primera base de datos exhaustiva sobre estos fenómenos, cruzando relatos históricos y observaciones satelitales. Sus trabajos, publicados en
Earth and Space Science, revelan patrones insospechados relacionados con los ciclos climáticos.
Una luz proveniente de las profundidades
La bioluminiscencia de los mares lechosos provendría de bacterias, particularmente Vibrio harveyi. A diferencia de los destellos de las microalgas, su luz es continua, comparable a la de un cielo estrellado artificial.
Estos eventos cubren a veces superficies que superan el tamaño de países enteros, como lo atestiguan imágenes satelitales. Su duración puede exceder un mes, según informes de barcos que atraviesan estas zonas fantasmales.
Los testimonios describen a menudo un mar anormalmente calmado, casi inmóvil. Análisis sugieren que sustancias emitidas por el fitoplancton podrían calmar las olas, amplificando el efecto espectral.
Clima y misterios oceánicos
La base de datos registra menos de 400 ocurrencias confirmadas desde el siglo XVII, mayormente en el océano Índico noroccidental.
Los investigadores identificaron correlaciones con fenómenos como La Niña o el dipolo del océano Índico. Los monzones, al traer nutrientes desde las profundidades, favorecerían esta proliferación bacteriana.
Algunas preguntas persisten: ¿este fenómeno señala una amenaza para los ecosistemas? Vibrio harveyi es patógeno para los peces.