En los desiertos ardientes de Namibia, Omán y Arabia Saudita, científicos han descubierto estructuras intrigantes en el mármol y la piedra caliza. Estos túneles microscópicos, perfectamente alineados, podrían ser obra de una forma de vida microbiana aún desconocida.
Este hallazgo, publicado en la revista Geomicrobiology Journal, abre nuevas perspectivas sobre la capacidad de la vida para adaptarse a entornos extremos. Los investigadores, dirigidos por el profesor Cees Passchier de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, identificaron estas estructuras durante trabajos de campo en Namibia. Estos túneles, con varios millones de años de antigüedad, podrían revelar interacciones biológicas insospechadas entre los microbios y las rocas.
A) Espécimen libre que muestra una alta densidad de microgalerías (mitad superior), parcialmente rellenas de depósitos blancos. B) Dos bandas in situ de microgalerías de baja densidad, rellenas de material blanco que parte de una capa blanca. C) Superficie recién cortada que muestra una banda bien desarrollada y dos bandas menos marcadas de microgalerías de baja densidad que parten de una capa blanca. D) Fragmento libre con bandas ramificadas de microgalerías de baja densidad. Su cara inferior está cubierta por una capa de endoestromatolitos. E) Bandas de microgalerías a lo largo de fracturas en mármol negro, Arabia Saudita. F) Dos bandas de microgalerías con diferentes orientaciones, pero con microgalerías paralelas, en una muestra recién cortada.
Estructuras que desafían las explicaciones geológicas
Los túneles descubiertos presentan características que los distinguen claramente de los procesos geológicos clásicos. Con un diámetro inferior a medio milímetro, estos microtúneles se extienden varios centímetros y forman bandas paralelas que pueden alcanzar los diez metros de largo. Su organización precisa y su regularidad sugieren un origen biológico, a diferencia de las formaciones aleatorias creadas por la erosión o las fuerzas tectónicas. Estas estructuras, observadas por primera vez hace 15 años, desde entonces han sido identificadas en varias regiones desérticas, lo que indica un fenómeno extendido.
Dentro de estos túneles, los científicos han identificado un fino polvo de carbonato de calcio, probable residuo de la actividad microbiana. Este polvo, compuesto principalmente de calcita, indica que los microorganismos extrajeron nutrientes del mármol y la piedra caliza, dejando tras de sí este material finamente molido. Los investigadores suponen que estos organismos utilizaron el carbonato de calcio como fuente de energía, una hipótesis respaldada por la presencia de rastros biológicos en las muestras. Sin embargo, no se ha podido extraer evidencia directa, como ADN o proteínas, para confirmar su identidad.
Estos túneles no se parecen a ninguna formación geológica conocida. Su alineación paralela y su distribución en bandas sugieren una actividad organizada, típica de un proceso biológico. Los científicos también han notado la presencia de costras de calcreta alrededor de los túneles, añadiendo una capa de complejidad a su formación. Estas características únicas plantean preguntas sobre los mecanismos biológicos en juego y sobre la naturaleza de los microorganismos responsables.
Un enigma biológico de millones de años
Los túneles descubiertos en estas rocas datan de una época en la que el clima de los actuales desiertos era más húmedo, hace aproximadamente uno o dos millones de años. Los investigadores estiman que estas estructuras se formaron en condiciones más propicias para la vida microbiana, muy diferentes de la aridez actual. Sin embargo, la identidad de los microorganismos responsables sigue siendo desconocida, y no se ha podido extraer rastro de ADN o proteínas de las muestras. Estos túneles, profundamente enterrados en la roca, sugieren que estos organismos sobrevivieron sin luz, en un entorno extremadamente hostil.
La presencia de material biológico en los túneles confirma la hipótesis de una actividad microbiana, pero los científicos ignoran si se trata de una especie aún existente o extinta. Estos organismos, capaces de sobrevivir sin luz, podrían pertenecer a un linaje microbiano aún no catalogado. Su capacidad para interactuar con las rocas y extraer nutrientes en condiciones extremas los convierte en un tema de estudio para biólogos y geólogos. Los investigadores esperan que análisis más profundos permitan identificar los mecanismos biológicos detrás de estos túneles.
Estos descubrimientos también podrían iluminar nuestra comprensión de los ecosistemas antiguos y su evolución. Los científicos destacan que estos microorganismos podrían haber desempeñado un papel en la transformación de las rocas carbonatadas, influyendo así en el ciclo del carbono a escala local, e incluso global. Aunque su impacto exacto sigue por cuantificar, estos trabajos abren nuevas perspectivas sobre las interacciones entre la vida microbiana y los procesos geológicos.