La falla de San Andreas, esta cicatriz visible desde el espacio, atraviesa California a lo largo de más de 1.200 kilómetros. Separa dos placas tectónicas que se deslizan una contra otra, moldeando el paisaje a lo largo de los milenios.
Los terremotos generados por esta falla pueden alcanzar magnitudes impresionantes, como el de 1906 de magnitud 7.8 que devastó San Francisco. La escala de magnitud, logarítmica, significa que un terremoto de magnitud 8 es treinta veces más potente que uno de magnitud 7.
La falla está dividida en tres segmentos, cada uno con su propio comportamiento sísmico. El segmento sur, cerca de Los Ángeles, está particularmente vigilado debido a su potencial destructivo. El segmento central, por su parte, se mueve lentamente sin provocar terremotos mayores.
Los científicos estudian los ciclos sísmicos para intentar comprender cuándo podría ocurrir el próximo gran terremoto, al que ya se le denomina el "Big One". Aunque es imposible predecirlo con precisión, los datos históricos sugieren que ciertas secciones de la falla están retrasadas respecto a su ciclo habitual, lo que podría generar un ajuste brusco en un movimiento violento.
Las consecuencias de un futuro terremoto en la falla de San Andreas podrían ser catastróficas, con miles de víctimas y daños materiales considerables. Urbanistas e ingenieros trabajan sin descanso para hacer las infraestructuras más resistentes.
El intervalo entre grandes terremotos en la falla de San Andreas varía según los segmentos. Algunos experimentan terremotos mayores cada siglo, otros cada milenio.
Crédito: USGS
¿Cómo influyen las placas tectónicas en los terremotos?
Las placas tectónicas son fragmentos de la corteza terrestre que flotan sobre el manto viscoso. Su movimiento lento pero constante es el origen de la mayoría de los terremotos.
Cuando dos placas se encuentran, pueden separarse, colisionar o deslizarse una contra otra. Este último caso es el que caracteriza a la falla de San Andreas.
Los rozamientos entre placas pueden provocar bloqueos. La energía acumulada durante estos bloqueos se libera bruscamente durante un terremoto, causando ondas sísmicas que sacuden la superficie.
Comprender estos mecanismos permite a los científicos evaluar mejor los riesgos sísmicos y trabajar en sistemas de alerta temprana.
¿Qué es la escala de Richter y cómo funciona?
La escala de Richter es una medida logarítmica utilizada para cuantificar la energía liberada por un terremoto. Cada aumento de un punto representa una multiplicación por diez de la amplitud de las ondas sísmicas.
Contrariamente a una idea extendida, esta escala no tiene límite superior. Los terremotos más potentes jamás registrados alcanzaron magnitudes cercanas a 9,5.
Esta escala permite comparar la energía de los terremotos entre sí, pero no da una indicación directa sobre los daños causados. Estos últimos dependen también de la profundidad del epicentro y de la naturaleza de los suelos.
Hoy en día, los sismólogos utilizan a menudo la escala de magnitud de momento, más precisa para los terremotos muy grandes, pero el principio básico sigue siendo similar.