La explosión de un prototipo del cohete Starship de SpaceX en Texas ahora está generando reacciones más allá de Estados Unidos. El gobierno mexicano está considerando acciones legales, alegando posibles consecuencias ambientales en su territorio.
El incidente ocurrió durante una prueba de la etapa superior del Starship, en las inmediaciones de la frontera mexicana. Aunque SpaceX afirma que las zonas aledañas no corren ningún riesgo, las autoridades mexicanas cuestionan estas declaraciones, mencionando una posible violación del derecho internacional en materia de protección ambiental.
La etapa superior del Starship del vuelo 10 explotó el 18 de junio de 2025 en una plataforma de pruebas cerca de la frontera mexicana. Crédito: SpaceX
La zona de Boca Chica Beach, donde se lanza el Starship, es un ecosistema sensible que alberga especies protegidas. Organizaciones ambientalistas ya habían presentado quejas contra la Federal Aviation Administration (FAA), argumentando que la evaluación de los impactos ecológicos relacionados con las pruebas de SpaceX era insuficiente. La reciente explosión solo ha aumentado las preocupaciones.
En lanzamientos anteriores, se han esparcido escombros a grandes distancias, dañando hábitats naturales. Algunos residentes compararon las vibraciones sentidas con un terremoto, mencionando una sensación recurrente de inseguridad. Estos testimonios ponen en duda las medidas de seguridad y los protocolos de recuperación posteriores a los lanzamientos.
A pesar de varios éxitos, como el amerizaje controlado de un Starship en el océano Índico, las explosiones repetidas y las sospechas de contaminación están dañando la imagen de SpaceX.
¿Qué es la contaminación espacial?
La contaminación espacial abarca los impactos ambientales de las actividades relacionadas con los vuelos espaciales, ya sea en la atmósfera o en tierra. Los lanzamientos de cohetes liberan gases y partículas, algunos de ellos compuestos persistentes, como percloratos u óxidos metálicos, que pueden contaminar el aire, el agua y el suelo.
Los desechos espaciales provenientes de los lanzadores o explosiones pueden caer de manera impredecible, representando un peligro para los ecosistemas terrestres. A esto se suman las molestias sonoras y las vibraciones, que pueden perturbar la fauna local, especialmente las especies protegidas que habitan en reservas cercanas a las bases de lanzamiento.
Los efectos a largo plazo de estas perturbaciones aún son poco conocidos, lo que refuerza los llamados a una regulación más estricta y a estudios de impacto más exhaustivos.
¿Cómo maneja SpaceX los riesgos ambientales?
SpaceX afirma reducir su huella ecológica mediante varias medidas. Sus motores Raptor, que funcionan con metano líquido, serían menos contaminantes que los combustibles tradicionales. La empresa también desarrolla sistemas de recuperación y reutilización de sus lanzadores para limitar los desechos.
Sin embargo, incidentes como la reciente explosión demuestran que estos esfuerzos no son suficientes para eliminar los riesgos ambientales. La compañía ahora enfrenta la necesidad de reforzar sus protocolos de seguridad y limpieza, además de colaborar más estrechamente con las autoridades locales y los organismos de protección de la naturaleza.