🧠 Este animal resulta ser... un cerebro gigante

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Science Advances
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Un estudio reciente sacude nuestra comprensión de los sistemas nerviosos en los animales. El modesto erizo de mar, una criatura marina carente de cerebro centralizado, revela sin embargo una organización neuronal de una complejidad sorprendente. Este descubrimiento cuestiona las fronteras establecidas entre los organismos denominados "simples" y aquellos considerados complejos, indicando que la inteligencia puede emerger según patrones radicalmente diferentes a los nuestros.


Imagen Wikimedia

Los equinodermos (que incluyen particularmente a los erizos de mar y las estrellas de mar) presentan un desarrollo particular: comienzan su existencia en forma larvaria con simetría bilateral, similar a muchos otros animales, antes de metamorfosearse en adultos con simetría radial. Esta transformación plantea una pregunta fundamental a los biólogos: ¿cómo un mismo patrimonio genético puede orquestar dos planes corporales tan distintos? La respuesta parece residir en una reorganización celular profunda, donde el sistema nervioso juega un papel preponderante.

Una arquitectura corporal inédita


El análisis genético de los erizos de mar jóvenes después de la metamorfosis ha arrojado resultados sorprendentes. Su cuerpo adulto presenta una firma genética principalmente "cefálica". Los genes habitualmente asociados al desarrollo del tronco en los animales bilaterales solo se expresan en los órganos internos como el intestino o el sistema acuífero. La organización en el erizo de mar indica la ausencia de una verdadera región del tronco, estando todo el cuerpo exterior estructurado como una extensión de la región cefálica.

Esta distribución inusual cuestiona las categorías anatómicas clásicas. Los investigadores del Museo de Historia Natural de Berlín y de la Stazione Zoologica Anton Dohrn de Nápoles, han observado que la frontera entre cabeza y tronco, tan nítida en la mayoría de las especies, parece haberse desdibujado durante la evolución de los erizos de mar. Su envoltura corporal externa funcionaría como una vasta región sensorial y neuronal unificada.


La metamorfosis de los erizos de mar representa así mucho más que un simple cambio de forma. Corresponde a una reorganización fundamental de la expresión genética, donde los programas de desarrollo típicamente cefálicos toman el control sobre aquellos dedicados al tronco. Este descubrimiento abre nuevas perspectivas sobre la evolución de los planes corporales en el reino animal.

Un sistema nervioso integrado y sensible


La diversidad neuronal identificada en el erizo de mar supera todas las expectativas. Cientos de tipos diferentes de neuronas coexisten, expresando tanto genes específicos de los equinodermos como genes altamente conservados que se encuentran en el sistema nervioso central de los vertebrados. Esta combinación única presenta un sistema integrado y no una simple red nerviosa descentralizada.

La sensibilidad a la luz aparece particularmente sofisticada. Las células fotorreceptoras, distribuidas por todo el cuerpo, expresan diferentes opsinas, proteínas sensibles a la luz. Un tipo celular específico combina incluso la melanopsina y la opsina, indicando una capacidad para detectar y procesar los estímulos lumínicos sin órgano visual dedicado.

Esta organización en "cerebro a escala del cuerpo" podría representar una solución evolutiva alternativa a la centralización neuronal. El sistema nervioso del erizo de mar demuestra que una cognición distribuida puede alcanzar una complejidad funcional notable. Estos trabajos, publicados en Science Advances, invitan a reconsiderar lo que constituye un sistema nervioso complejo en el mundo animal.
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