Científicos han encontrado un método innovador para estudiar la evolución de los ecosistemas marinos de Alaska durante las últimas cuatro décadas: las conservas de salmón.
Foto de un parásito Anisakis — resaltado en rojo — en un filete de salmón en conserva. Crédito: Natalie Mastick/University of Washington
Natalie Mastick, investigadora postdoctoral en el Museo de Historia Natural de Peabody de la Universidad de Yale, lideró un equipo que examinó 178 latas de salmón. Estas latas contenían filetes de cuatro especies de salmón, pescadas durante un período de 42 años en el golfo de Alaska y en la Bahía de Bristol. ¿Su objetivo? Contar los gusanos Anisakis, parásitos marinos comunes, para evaluar la salud del ecosistema marino.
El estudio, publicado el 4 de abril en Ecology & Evolution, revela que el número de gusanos Anisakis ha aumentado en el salmón keta y rosado de 1979 a 2021, mientras que se ha mantenido estable en los salmones coho y rojo. Estos resultados podrían indicar ecosistemas estables o en proceso de recuperación, con una cadena alimentaria marina lo suficientemente robusta para soportar el ciclo de vida complejo de los Anisakis.
Los Anisakis tienen un ciclo de vida complejo que requiere varios tipos de huéspedes, desde pequeños invertebrados marinos como el krill hasta mamíferos marinos, donde se reproducen. La presencia incrementada de estos parásitos también podría reflejar los efectos positivos de la Ley de Protección de los Mamíferos Marinos de 1972, que ha permitido la recuperación de muchas especies de mamíferos marinos tras años de declive.
Un parásito Anisakis gravemente degradado recuperado de salmón en conserva. La barra de escala mide 0,5 milímetro. Crédito: Natalie Mastick/University of Washington
Este enfoque podría extenderse a otros peces en conserva, como las sardinas, y abrir el camino a nuevos descubrimientos sobre los ecosistemas pasados.