Investigadores de la Universidad de Illinois han diseñado el NanoGripper, una estructura inspirada en la mano humana y las garras de aves. Sus cuatro dedos articulados se fabrican gracias a una técnica llamada origami de ADN. Este enfoque, que utiliza una simple cadena de ADN plegada, otorga al dispositivo una flexibilidad y precisión únicas. El objetivo: atrapar y bloquear virus, e incluso administrar tratamientos específicos.
Representación artística de los NanoGrippers capturando un virus COVID-19. Crédito: Xing Wang, Universidad de Illinois
Cada dedo del NanoGripper está programado para adherirse a un objetivo específico, como la proteína spike del virus responsable del COVID-19. Cuando los dedos se cierran, se activa una señal luminosa que permite detectar rápidamente la presencia del virus. Una aplicación directa es una prueba diagnóstica rápida y ultrasensible, desarrollada en colaboración con expertos en sensores fotónicos.
El rendimiento de esta prueba compite con el de las pruebas moleculares PCR, a menudo consideradas como la referencia. Pero donde el NanoGripper se destaca es en su velocidad: un diagnóstico en 30 minutos, mientras detecta el virus completo, a diferencia de los enfoques convencionales más lentos.
Más allá del diagnóstico, esta innovación abre el camino a estrategias preventivas. Durante experimentos en cultivos celulares, los NanoGrippers impidieron que los virus de COVID-19 ingresaran a las células. Al adherirse a las proteínas virales, neutralizan eficientemente su capacidad para infectar. La idea de un aerosol nasal a base de NanoGrippers para bloquear virus respiratorios ahora se está considerando seriamente.
La adaptabilidad del NanoGripper constituye otro punto fuerte. Gracias a ciertos ajustes, estos robots moleculares podrían dirigirse a otros patógenos, como el VIH o los virus de la gripe. En medicina personalizada, incluso podrían usarse para llevar tratamientos directamente a células cancerosas específicas.
Inspirado en la mano humana o en las garras de aves, el NanoGripper cuenta con cuatro dedos y una palma, todos plegados a partir de una sola cadena de ADN. Crédito: Xing Wang, Universidad de Illinois
Sin embargo, los investigadores destacan que serán necesarias pruebas adicionales antes de considerar su uso clínico. El potencial de esta tecnología para transformar la detección y la terapia es indudable.